Pues me doy.
En Malva vivió una mujer muy valiente, ni se echaba para atrás ni se rajaba nunca.
Me imagino que por aquí sacó a la Señá Oliva, pero no sé si caería en lo de que no se rajaba nunca. Precisamente con este cacharro se rajan las aceitunas, para llevarlas en un saco a algún riachuelo con agua corriente limpia (algunos utilizan un grifo abierto muy poquito). Así se les va el amargor y luego se guisa con ajo picado, pimiento rojo y verde, sal, vinagre y orégano y están bien superiores.