MALVA: Fíjate, que estando en Malva el otrro día, me dicen...

Réplicas de FACEBOOK.

José María García Mateos
Hace 2 minutos

Crónicas de una letra minúscula.

26. - Un sonido muy fino

Cuentan que cuando estaba de coadjutor D. Constantino, cura de procedencia y familia Bustilleja, como párroco titular estaba D. Ángel, dos curas muy distintos.

Por aquellos tiempos y otros más pretéritos, en Malva había dos parroquias, la de San Miguel y la de San Juan. En ruinas esta, se pasó a decir la misa de esta parroquia en el santuario de la ermita. Aquí es donde D. Constantino decía la misa, mientras que D. Ángel, titular, la decía en San Miguel.

D. Ángel era un señor alto, elegante en los usos, costumbres y trato, de familia de bien, fue el que trajo a Malva la primera radio, que ponía en el patio, para que la gente fuera con sus sillas a escuchar, en la rinconada del pozo bueno, hoy cochera de Tinín el grillo. Muchos os acordareis de cuando vivía en esta rinconada D. Apolinar.

D. Constantino, era una persona más normal, del montón vamos, aunque tenía algunas pequeñas peculiaridades.
A falta de dientes se puso una dentadura postiza, y o no le ajustaba bien o tenía un “tic”, que repetía muy a menudo cuando predicaba, y a veces sin predicar, según hablaba, parecía que se le movía la dentadura, de tal forma como si se le fuera a salir despedida, y hacía una especie de giro con la boca, incluso con la cabeza también, hacia delante, a modo de intentar recuperarla y que no se la cayera al suelo. La gente a veces no podía por menos de imitar el gesto, en acto reflejo saliendo en su ayuda.

A parte de esto al pobre hombre, bien por el pujo, el esfuerzo o por lo que fuera, con el tiempo, le salieron almorranas, o hemorroides, si lo queréis más fino. Es lo que tiene esta vida, unas cosas que necesitas quita, los dientes, y otras que no sirven para nada pone, las almorranas.
Como todo el mundo sabe son varices o inflamaciones de las venas en el recto y en el ano. Y no sé, de que grado las tendría, que no tuvo más remedio que pasar por el quirófano y operarse.
No se sabe que fue de la operación, pero si se supo, algo del resultado.

Una vez recuperado, es un decir y volviendo a los menesteres litúrgicos, a veces en el púlpito, en plena misa al hacer la genuflexión se le escapaba un suave sonidillo, largo y muy fino, un pedo. Pero un pedo, de esos de chifletilla fina, en “si” menor.
La gente que estaba en misa, sin quererlo a veces se reía, y D. Constantino replicaba:
Haciendo el susodicho movimiento de giro hacia delante de boca, y cabeza, acomodando su dentadura.
- ¡Ya está bien coño!

A este buen hombre se le atribuye también un famoso dicho, que decía mientras daba de comulgar en plena misa.

¡Venís como cagajones por el río!

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"Como me toquen las quinielas me marcho pa Madrid y no vuelvo “pa” España en la puta vida". Lo decía Angélico

En el cuchitril de Pedro, el nieto de Don Leonides el boticario de Malva, el propio Pedro alguna que otra vez hacía agua de café, aunque no lo llamará así. Consistía en meter en un recipiente un puñado de granos de café, un poco de azúcar y llenarlo de agua, lo tapaba y al día siguiente ya se podía beber el brebaje.

“Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio”
Albert Einstein.

Salud.

Fíjate, que estando en Malva el otrro día, me dicen ¿has leido lo de D. Constantino? te vas a partir de risa. Y así ha sido.
Muy bueno, JMG