No sé si llegasteis a ver es de la Opinión de 29-03-2013
FLORIÁN FERRERO FERRERO | DIRECTOR DEL ARCHIVO PROVINCIAL Uno de los momentos más interesantes y desconocidos de la Semana Santa de la provincia de Zamora es el canto de los «Romances» en la procesión de la tarde del Jueves Santo en Malva.
Dichos romances, que se vienen cantando -más bien voceando- siguiendo el texto conservado en pequeños libros, guardados de generación en generación, son en realidad la obra de Lope de Vega «Catorce Romances a la Pasión», que también formaron parte de las «Rimas Sacras».
Aunque en la actualidad el recitado de esos poemas se limita a Malva, tenemos constancia de que también se hacía, entre otros varios lugares, en Cerecinos del Carrizal y Palacios del Pan, así como varias poblaciones de Valladolid.
El origen de los poemas es la crisis en la que se ve inmerso Lope a partir de 1611, por cuya causa publica, en 1614, sus Rimas y sus Romanceros Sagrados; en que el autor sustituye a su amada Camila Lucinda por la persona de Cristo.
Lope humaniza a Cristo, y afirma que la gracia divina relaciona al pecador (el hombre) con el Redentor (el Hombre, Cristo).
En los Romances a la Pasión, que desde hace algunos años no se recitan en su totalidad en Malva, por haberse acortado el recorrido de la procesión, el poeta hace una descripción de la Pasión y Muerte de Cristo, destacando entre otros aspectos los siguientes:
En el romance «Despedida de Cristo a su Madre», María es la corredentora del género humano cuando dice: «Vuestra cruz llevo en mis hombros».
En el romance «A la Prisión» el brutal bofetón que recibe Cristo de un soldado, cuando le responde a las preguntas que el Pontífice Anás le hacía, es el centro del mismo.
En el romance «Al Ecce Homo» Pilatos presenta a Cristo ante el pueblo judío, tras haber sido azotado. Aparece por un lado la luz solar y por otro el sol teñido. Idénticas imágenes aparecen en el romance «A Cristo en la Cruz» donde el cielo es el «sangriento esmalte».
En el romance «A los azotes» el mármol se ablanda y «Cera se quisiera hacer», y en el que se narra la soledad de la Virgen, la exhortación final se dirige al «corazón de piedra dura».
Las escenas donde se refleja el castigo a que es sometido Cristo, constituyen por su naturaleza descriptiva un agudo martirio para los sentidos.
En el romance «Al levantarle en la Cruz» se percibe el golpe seco de la misma al caer en el hoyo. Es un poema donde priman las sensaciones de dolor y angustia, porque Lope intenta que el espectador participe en el expolio.
El romance dedicado a Dimas, el buen ladrón, está lleno de humor y vocablos coloquiales y cotidianos.
El ladrón asalta el cielo en el momento en que la casa está más descuidada; es decir, ya Cristo yace muerto en la cruz.
En el romance «Al levantarle en la Cruz» la alegoría se establece en términos bíblicos. El alma (la esposa) está enferma y por ella Cristo (el esposo) guarda cama. Con la esposa camina el narrador a visitarle, pues dulcemente aquel se queja.
El capitán del ejército viene a prender a Cristo, representado por la figura de la Envidia. Su alférez es el Engaño.
FLORIÁN FERRERO FERRERO | DIRECTOR DEL ARCHIVO PROVINCIAL Uno de los momentos más interesantes y desconocidos de la Semana Santa de la provincia de Zamora es el canto de los «Romances» en la procesión de la tarde del Jueves Santo en Malva.
Dichos romances, que se vienen cantando -más bien voceando- siguiendo el texto conservado en pequeños libros, guardados de generación en generación, son en realidad la obra de Lope de Vega «Catorce Romances a la Pasión», que también formaron parte de las «Rimas Sacras».
Aunque en la actualidad el recitado de esos poemas se limita a Malva, tenemos constancia de que también se hacía, entre otros varios lugares, en Cerecinos del Carrizal y Palacios del Pan, así como varias poblaciones de Valladolid.
El origen de los poemas es la crisis en la que se ve inmerso Lope a partir de 1611, por cuya causa publica, en 1614, sus Rimas y sus Romanceros Sagrados; en que el autor sustituye a su amada Camila Lucinda por la persona de Cristo.
Lope humaniza a Cristo, y afirma que la gracia divina relaciona al pecador (el hombre) con el Redentor (el Hombre, Cristo).
En los Romances a la Pasión, que desde hace algunos años no se recitan en su totalidad en Malva, por haberse acortado el recorrido de la procesión, el poeta hace una descripción de la Pasión y Muerte de Cristo, destacando entre otros aspectos los siguientes:
En el romance «Despedida de Cristo a su Madre», María es la corredentora del género humano cuando dice: «Vuestra cruz llevo en mis hombros».
En el romance «A la Prisión» el brutal bofetón que recibe Cristo de un soldado, cuando le responde a las preguntas que el Pontífice Anás le hacía, es el centro del mismo.
En el romance «Al Ecce Homo» Pilatos presenta a Cristo ante el pueblo judío, tras haber sido azotado. Aparece por un lado la luz solar y por otro el sol teñido. Idénticas imágenes aparecen en el romance «A Cristo en la Cruz» donde el cielo es el «sangriento esmalte».
En el romance «A los azotes» el mármol se ablanda y «Cera se quisiera hacer», y en el que se narra la soledad de la Virgen, la exhortación final se dirige al «corazón de piedra dura».
Las escenas donde se refleja el castigo a que es sometido Cristo, constituyen por su naturaleza descriptiva un agudo martirio para los sentidos.
En el romance «Al levantarle en la Cruz» se percibe el golpe seco de la misma al caer en el hoyo. Es un poema donde priman las sensaciones de dolor y angustia, porque Lope intenta que el espectador participe en el expolio.
El romance dedicado a Dimas, el buen ladrón, está lleno de humor y vocablos coloquiales y cotidianos.
El ladrón asalta el cielo en el momento en que la casa está más descuidada; es decir, ya Cristo yace muerto en la cruz.
En el romance «Al levantarle en la Cruz» la alegoría se establece en términos bíblicos. El alma (la esposa) está enferma y por ella Cristo (el esposo) guarda cama. Con la esposa camina el narrador a visitarle, pues dulcemente aquel se queja.
El capitán del ejército viene a prender a Cristo, representado por la figura de la Envidia. Su alférez es el Engaño.
Me encantaria comentar tu exhustivo analisis de la pasion en malvawe