MALVA: Pero si algo favorece a Zamora (además del románico,...

Pero si algo favorece a Zamora (además del románico, del que ya hablaremos otro día) es su ubicación de lujo junto al Duero, que parece pensada para que uno disfrute cámara en ristre: con la ciudad reflejándose en las tranquilas aguas del río, que parece pararse para poder ser un espejo perfecto.

Está Zamora en un alto, sobre una gran roca y acercándose al Duero y pegándose a él de forma que parece querer estirarse para seguir el curso del río.
Además, el viajero tendrá que adentrarse en los dominios del agua al menos en dos puntos: el primero en el espectacular puente románico, que todavía sirve para que personas y coches crucen de una orilla a otra.

El segundo son las Aceñas de Olivares, unos antiguos molinos harineros situados dentro del propio cauce del Duero que han sido restaurados y en los que se ha instalado un "centro de interpretación" francamente mejorable (también podría ser un Museo de la Cursilería y la Fatuidad) pero los edificios son realmente interesantes y las vistas sobre el río fantásticos.

No dejen de ir a las Aceñas pronto por la mañana, antes de que abran a eso de las 10, con un poco de suerte les recibirá un brumoso y bellísimo Duero, con el sol todavía bajo abriéndose paso entre la niebla: les aseguro que les parecerá mágico.