¡Oh laurel divino, de alma inaccesible,
siempre silencioso, lleno de nobleza!
¡Vierte en mis oídos tu
historia divina,
tu sabiduría profunda y sincera!
¡
Árbol que produces
frutos de silencio,
maestro de besos y mago de orquestas,
formado del cuerpo rosado de Dafne
con savia potente de Apolo en tus venas!
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