Es curioso, no lo había pensado
Si tiramos una pelota a unos 50 metros mar adentro en un día con olas en una zona alejada de los rompeolas de la orilla, veremos a la pelota moverse de un lado para otro, pero, salvo si la empuja el viento, las olas no la traen a la orilla. Observaremos que las olas se acercan, pero, si nos fijamos bien, veremos que lo que sube y baja es el agua que está a cada distancia de la costa, pero que el agua lejana no llega a la arena para darse la vuelta y alejarse después.
Si tiramos una pelota a unos 50 metros mar adentro en un día con olas en una zona alejada de los rompeolas de la orilla, veremos a la pelota moverse de un lado para otro, pero, salvo si la empuja el viento, las olas no la traen a la orilla. Observaremos que las olas se acercan, pero, si nos fijamos bien, veremos que lo que sube y baja es el agua que está a cada distancia de la costa, pero que el agua lejana no llega a la arena para darse la vuelta y alejarse después.