Curioso. Vamos a tener que volver a leer las vidas de los santos, como cuando éramos niños. No por nada, pero es que las de los políticos y filosofillos nos enseñan poco.
Teniendo en cuenta que los santos no nacen, se hacen ¡Quién sabe, maja! Si alguno de estos politiquillos nuestros darán la sorpresa algún día.