Una doctora fabrica yogur con los fluidos de su vagina
Cecilia Westbrook, una doctora de de la Universidad de Wisconsin, ha utilizado su propia flora vaginal para crear un yogur con suspuestos beneficios para la salud
Cecilia Westbrook, una doctora de la Universidad de Wisconsin, ha creado un yogur con un ingrediente muy particular; las bacterias fermentadas de su vagina. Al hallar que se podían crear recetas de cocina con esperma masculino, ella quiso hallar un equivalente femenino. Según ella, este remedio podría ser muy beneficioso para la salud.
La flora vaginal es el conjunto de microorganismos que viven de manera natural y sin causar daño en la región vaginal. En los humanos representa la concentración de bacterias más alta del cuerpo humano, con la excepción del colon. Las bacterias de la flora vaginal fueron descubiertas por el ginecólogo Albert Döderlein, en 1892. Primariamente, esas bacterias son lactobacilos. La cantidad y tipo de bacterias presentes tienen implicaciones significativas para la salud global femenina. Esas bacterias y el ácido láctico que producen, en combinación con los fluidos secretados, otorgan el característico olor asociado con el área vaginal.
La científica quería probar si se podía lograr un yogurt comestible con la flora genital. Usó una espátula para recolectar bacterias y fermentarlas en un plato, por la noche. Cecilia Westbrook llevó a cabo el experimento combinando las bacterias naturales de su organismo con leche natural en la cocina de su casa. Después de una noche, el yogur estaba listo. Su creación tenía un sabor “fuerte y amargo”, casi picante. La doctora se comió la muestra con zarzamoras y dijo que parecía "yogurt indio".
Sin embargo, consumir este producto de manera diaria podría no ser muy saludable, ya que las secreciones vaginales contienen bacterias diferentes a los lactobacilos, algunos de los cuales pueden ser patógenos, según han señalado diferentes expertos. "Cada vagina tiene bacterias diferentes, pero la predominante es el lactobacilo, hecho para fermentar leche, queso y yogurt", dijo una de sus compañeras de equipo. Ell proyecto no fue avalado por su universidad, ya que expertos como Larry Forney, microbiólogo de la Universidad de Idaho, les advirtió que era mala idea, ya que la vagina tiene más que lactobacilos y otras bacterias pueden causar enfermedades.
Cecilia Westbrook descubrió que no había mucha información sobre las bacterias vaginales, de acuerdo con una entrevista que le hicieron. "Estoy realmente sorprendida de descubrir que realmente no sabemos mucho sobre la flora vaginal, realmente sólo han habido uno o dos estudios estudios y, curiosamente, la mayoría de la información que nosotros sabemos es de las mujeres blancas, lo que sugiere que podría haber algún indicios de que las personas de diferentes orígenes étnicos podrían tener diferentes flora "., comentó en la entrevista. Cecilia Westbrook se mostró lo suficientemente satisfecha como para repetir, al comerse un segundo tazón de su recta, y no ha sufrido ningún efecto negativo. Aún así, su experimento dejó un mal sabor en la boca de los expertos en seguridad alimentaria.
Cecilia Westbrook no es la primera que quiere sacar más provecho de los recursos naturales de su cuerpo. Además de la flora vaginal, son muchas mujeres que piensan que la menstruación es mucho más que sangre para desechar, ya que defienden que sirve para abonar las plantas y curar heridas e incluso que es una eficaz mascarilla facil para eliminar las impurezas y para dar volumen y brillo al pelo.
Cecilia Westbrook, una doctora de de la Universidad de Wisconsin, ha utilizado su propia flora vaginal para crear un yogur con suspuestos beneficios para la salud
Cecilia Westbrook, una doctora de la Universidad de Wisconsin, ha creado un yogur con un ingrediente muy particular; las bacterias fermentadas de su vagina. Al hallar que se podían crear recetas de cocina con esperma masculino, ella quiso hallar un equivalente femenino. Según ella, este remedio podría ser muy beneficioso para la salud.
La flora vaginal es el conjunto de microorganismos que viven de manera natural y sin causar daño en la región vaginal. En los humanos representa la concentración de bacterias más alta del cuerpo humano, con la excepción del colon. Las bacterias de la flora vaginal fueron descubiertas por el ginecólogo Albert Döderlein, en 1892. Primariamente, esas bacterias son lactobacilos. La cantidad y tipo de bacterias presentes tienen implicaciones significativas para la salud global femenina. Esas bacterias y el ácido láctico que producen, en combinación con los fluidos secretados, otorgan el característico olor asociado con el área vaginal.
La científica quería probar si se podía lograr un yogurt comestible con la flora genital. Usó una espátula para recolectar bacterias y fermentarlas en un plato, por la noche. Cecilia Westbrook llevó a cabo el experimento combinando las bacterias naturales de su organismo con leche natural en la cocina de su casa. Después de una noche, el yogur estaba listo. Su creación tenía un sabor “fuerte y amargo”, casi picante. La doctora se comió la muestra con zarzamoras y dijo que parecía "yogurt indio".
Sin embargo, consumir este producto de manera diaria podría no ser muy saludable, ya que las secreciones vaginales contienen bacterias diferentes a los lactobacilos, algunos de los cuales pueden ser patógenos, según han señalado diferentes expertos. "Cada vagina tiene bacterias diferentes, pero la predominante es el lactobacilo, hecho para fermentar leche, queso y yogurt", dijo una de sus compañeras de equipo. Ell proyecto no fue avalado por su universidad, ya que expertos como Larry Forney, microbiólogo de la Universidad de Idaho, les advirtió que era mala idea, ya que la vagina tiene más que lactobacilos y otras bacterias pueden causar enfermedades.
Cecilia Westbrook descubrió que no había mucha información sobre las bacterias vaginales, de acuerdo con una entrevista que le hicieron. "Estoy realmente sorprendida de descubrir que realmente no sabemos mucho sobre la flora vaginal, realmente sólo han habido uno o dos estudios estudios y, curiosamente, la mayoría de la información que nosotros sabemos es de las mujeres blancas, lo que sugiere que podría haber algún indicios de que las personas de diferentes orígenes étnicos podrían tener diferentes flora "., comentó en la entrevista. Cecilia Westbrook se mostró lo suficientemente satisfecha como para repetir, al comerse un segundo tazón de su recta, y no ha sufrido ningún efecto negativo. Aún así, su experimento dejó un mal sabor en la boca de los expertos en seguridad alimentaria.
Cecilia Westbrook no es la primera que quiere sacar más provecho de los recursos naturales de su cuerpo. Además de la flora vaginal, son muchas mujeres que piensan que la menstruación es mucho más que sangre para desechar, ya que defienden que sirve para abonar las plantas y curar heridas e incluso que es una eficaz mascarilla facil para eliminar las impurezas y para dar volumen y brillo al pelo.
¡Ay coño!-dijo la rosa...