Una copla muy célebre, que aludía a la quietud e inexpresividad de la imagen, decía:
Oh glorioso san Antón,
siempre te encuentro leyendo,
si nunca pasas la hoja
¿qué coños estás haciendo?
Oh glorioso san Antón,
siempre te encuentro leyendo,
si nunca pasas la hoja
¿qué coños estás haciendo?