MALVA: CRÓNICAS DE UN PUEBLO...

CRÓNICAS DE UN PUEBLO
Ahora que nos hemos quedado sin olimpiadas en Madrid, me ha venido a la memoria una de las pruebas olímpicas más colosales que yo he visto y que, desgraciadamente, no figura en libro alguno, ni de records ni de marcas mundiales.
Yo vivía en la calle del Ochavo y creo que estaba conmigo Benja que, probablemente se acordará de aquella gesta. Como casi todos sabéis, de la calle del Ochavo sale, en dirección al cementerio, el Carril. A la izquierda, a una cierta altura está la era de Campal y, un poco más arriba, la del señor Tirso con su famosa caseta. A la derecha del Carril, a ras de suelo, había una mudadal de cuya profundidad nunca fuimos conscientes, hasta aquella tarde.
Tampoco sabemos qué fue lo que movió a Josefina a intentar aquella proeza, ni cuál fue su programa de entrenamiento, el caso es que se le ocurrió saltar desde la era de Campal, tratando de llegar, de una volación, hasta la era Pedrosa.
Cogió carrera, lo menos, desde la caseta del señor Tirso pero como se había olvidado las alas en casa, no levantó el vuelo suficiente y fue a caer en el mismísimo mudadal, del que fue rescatada por Felicísimo y creo que por mi padre, que también andaba por allí. Aunque casi se ahoga en el mudadal y, por supuesto se untó bien untada de mierda, tuvo la suerte de que el estiércol estaba blando porque si llega a estar duro, se escalabra.