OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

MALVA: CRÓNICAS DE UN PUEBLO...

CRÓNICAS DE UN PUEBLO
En alguna ocasión ha salido a colación la habilidad de Miguel para irse sin pagar de los bares, lo que ahora llaman un “sinpa”. No es que tuviera necesidad, porque lo hacía incluso cuando ya tenía un sueldo, es que le gustaba dar por saco a la gente y tenía que estar haciendo trastadas constantemente.
Tenía una habilidad especial para liar a cualquiera de manera que se quedara sin lo que estaba tomando. Porque algunos llevan escrito en la cara “Quítame el cubata de la mano que me está estomagando”, pero otros están disfrutando de su consumición, tan ricamente y por arte de birle birloque, se quedan con el molde.
Por supuesto, nunca nos avisaba de qué presa había seleccionado, se ve que para que no se la espantáramos. Según íbamos paseando entre la gente de la verbena o de la discoteca, mirábamos a ver si había alguna rubia o morena a la que entrarle. Miguel también, pero si tenía que ser rubia, a ser posible Mahou o San Miguel y si era morena, le daba igual de Larios o de MG, pero que fuera con Coca-Cola.
¿Qué sería lo que preguntaba al incauto, para que, en un “ay”, le quitara el vaso y se lo llevara a la boca sin más ni más? ¿De qué le puedes hablar a un tipo que no conoces de nada, para que se deje quitar el vaso así como así? Cuando los demás nos estábamos dirigiendo a la barra, para buscar algún hueco por el que pedir algo para tomar, Miguel ya llevaba en el “drupo” tres cuartos de cubata o más de la mitad de un botellín.
Pero lo más de lo más, era cuando lo pillábamos consumiendo lo que había consumado en amigable charla con el pardillo. No quería cruzar su mirada con la nuestra para que no nos diera un ataque de risa que le impidiera rematar la faena. Nosotros nos íbamos acercando al lugar de los hechos para ver si pillábamos algo o para ver si aprendíamos el método. Y llegábamos a tiempo de ver al prójimo desplumado, preguntándose dónde coño habría dejado el cubata si, hace un momento, lo tenía en la mano y a Miguel ofreciéndole caritativamente:
-Toma, bebe un poco de este mío, si quieres, que me tengo que marchar.