Por cierto, aunque me imagino que muchos ya los conoceréis, pero os recomiendo dos placeres: un paseo a primera hora de la mañana por la finísima arena de la playa de la Barrosa, en Chiclana de la Frontera y una caña o cualquier bebida bien fría, acompañada de dos o tres tapas en algún bar fresquito del barrio de Santa Cruz, a los pies de la Giralda de Sevilla (en este caso cuanto más calor haga, mejor sabe).
La Playa de La Barrosa la disfruté hace unos años y también la sufrí, de repente, cuando estabamos la mar de tranquilitos dando un paseo, se puso una niebla impresionante, eramos un grupo y no podíasmos ver a los que se habían quedado sentados, los tuvimos que ir llamando (la playa estaba desierta, era primavera y no había un alma)