Acaba de rebullir de la siesta este hombre mío. Voy a ver si quiere que nos vayamos a dar un chapuzón que todavía queda calor de alma.
Que aproveche el baño MSOL, pero cuidado que quizás aún no se haya espabilado de la siesta y le puede dar un yuyu con este calor. ¡Son tan delicados estos hombres!