Yo solo te cuento que cuando fuimos a Bustillo a recoger el caballo que me habían dejado, me acompañaban mi padre y mis hermanos Ramón y Juanjo. Saludamos al dueño, que no recuerdo como se llamaba, nos entrega el animal, y yo pregunto:
¿como lo llevamos?
Y entre risas de todos, menos la mia, me contestan:
Pues quien lo va a llevar, tu tienes que correr las cintas, pues subete al caballo y tira para Malva. Acojonadito iba yo.
¿como lo llevamos?
Y entre risas de todos, menos la mia, me contestan:
Pues quien lo va a llevar, tu tienes que correr las cintas, pues subete al caballo y tira para Malva. Acojonadito iba yo.
Me lo creo, porque mi hermano estaba igual y tuvo que montar mi padre a la yegua antes para decirle lo que tenía que hacer si tiraba para atrás. Aunque aparentaba estar normal cuando había chicas delante.