Había
piedra de esa para pasar en la escalerrilla, en la plazuela y en la
puerta de Juan Antonio.
Las de la plazuela las cruzábamos para ir los domingos al
baile de Angélico y también cuando íbamos al
bar de Bigotes, cuando vivian en la
casa de Crucita; o para ir a la cantina de la Sra fermina acomprar cacahuetes