También es bueno hablar con la gente de nuestro pueblo, la gente mayor, que siempre te cuentan algo interesante de antaño. Hay cosas que yo las saco de lo que me cuentan nuestros mayores, son como un libro abierto de la crónica malvarisca.
Esto me trae a la memoria el abuelo de mi mujer. Falleció con 97 años, cun una memoria milimétrica y fotográfica. Y siempre me arrepentiré de no haber grabado sus historias, que no fueron pocas. Ya os contaré algunas.