La ermita estaba llena de gente, y eso que mucha se queda fuera. La misa fué muy bonita, pero ahora que me acuerdo no cantamos la canción de la virgen del Tobar, tu pueblo escogido te quiere cantar. La dijeron un montón de curas, pero tengo que decir y sin ánimo de ofender a nadie, que el sermón fué un poco largo. El señor cura, nos ilustró con una versión, muy interesante sobra la Anunciación del Señor a María, y eso sí, nos echó una bronca monumental, sobre todo a los jóvenes, los cuales si estaban despiertos y escuchando, cosa que dudo, el próximo año antes de entrar se lo pensarán dos veces. Claro que por algo se llama sermón.
Yo hubiera preferido que el sermón lo hubiera dicho Jose Ramón, por eso de que es hijo del pueblo y joven. Seguramente nos habría arrancado alguna sonrisa, pero en fin supongo que por cuestión de años o jerarquía no fué así. En la Iglesia me imagino que las alturas también cuentan.
Yo hubiera preferido que el sermón lo hubiera dicho Jose Ramón, por eso de que es hijo del pueblo y joven. Seguramente nos habría arrancado alguna sonrisa, pero en fin supongo que por cuestión de años o jerarquía no fué así. En la Iglesia me imagino que las alturas también cuentan.