Para que veáis lo bonito que puede resultar el nombre de nuestro pueblo como nombre de una mujer:
A 32 años de la muerte de Pablo Neruda,
surgen pistas de su única hija
La llamó Malva Marina, seguramente por el gran amor que sentía por el océano. Luego de su ruptura con la madre de su hija, María Antonieta Hagenaar, la dejó de ver, y por desconocidas circunstancias, borró a la pequeña de su historia y de su vida.
El año pasado, un chileno radicado en La Haya descubrió el lugar exacto en el que está enterrada Malva, quien murió a los ocho años, producto de una hidrocefalia. Y gracias a este descubrimiento pudo rastrear fragmentos de la vida que María Antonieta y Malva Marina tuvieron en Holanda.
"Y fue a esa edad... Llegó la poesía a buscarme. No sé, no sé de dónde salió, de invierno o río. No sé cómo ni cuándo, no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio, pero desde una calle me llamaba, desde las ramas de la noche, de pronto entre los otros, entre fuegos violentos o regresando solo, allí estaba sin rostro y me tocaba..."
"Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles: no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá quién soy yo".
"Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas".
Este 23 de septiembre se cumplirán 32 años de la muerte de Pablo Neruda, quien yace en su jardín Isla Negra, enterrado junto al mar, frente al Océano Pacífico. Neruda pidió que lo enterraran en Isla Negra, en el jardín de su casa, frente al océano. Y es que el poeta siempre amó el agua. También le fascinaba la lluvia que caía sobre el techo de su casa del sur, los ríos que bajaban desde la cordillera como brazos líquidos... pero por sobre todo le gustaba el mar. Por lo mismo, tal vez, cuando tuvo a su única hija, la llamó Malva Marina. Neruda no tuvo descendientes. Su única hija, una pequeña que nació enferma, murió sin apenas conocer a su papá.
Malva Marina vino al mundo en Madrid, el 19 de agosto de 1934. Siempre fue muy frágil; tenía hidrocefalia. Murió a los ocho años de edad, y Pablo Neruda no la había visto por años. Su madre, María Antonieta Hagenaar, era holandesa. Desde el comienzo, la unión Neruda-Hagenaar estaba destinada al fracaso, las diferencias de caracteres, motivaciones y sobre todo la falta de amor, llevó a que la pareja en poco tiempo fuera insostenible.
Ante esta situación, y luego de la separación, Neruda borró de su historia a Malva. No hay registros de que se hubiese ocupado de ella, tampoco la menciona en sus memorias ni respondió el telegrama que se le envió a México años más tarde habiendo muerto la niña. Pero sí escribe dolidos poemas autocompasivos donde los estudiosos ven la huella que Malva Marina dejó en él.
Y sigue...
A 32 años de la muerte de Pablo Neruda,
surgen pistas de su única hija
La llamó Malva Marina, seguramente por el gran amor que sentía por el océano. Luego de su ruptura con la madre de su hija, María Antonieta Hagenaar, la dejó de ver, y por desconocidas circunstancias, borró a la pequeña de su historia y de su vida.
El año pasado, un chileno radicado en La Haya descubrió el lugar exacto en el que está enterrada Malva, quien murió a los ocho años, producto de una hidrocefalia. Y gracias a este descubrimiento pudo rastrear fragmentos de la vida que María Antonieta y Malva Marina tuvieron en Holanda.
"Y fue a esa edad... Llegó la poesía a buscarme. No sé, no sé de dónde salió, de invierno o río. No sé cómo ni cuándo, no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio, pero desde una calle me llamaba, desde las ramas de la noche, de pronto entre los otros, entre fuegos violentos o regresando solo, allí estaba sin rostro y me tocaba..."
"Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles: no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá quién soy yo".
"Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas".
Este 23 de septiembre se cumplirán 32 años de la muerte de Pablo Neruda, quien yace en su jardín Isla Negra, enterrado junto al mar, frente al Océano Pacífico. Neruda pidió que lo enterraran en Isla Negra, en el jardín de su casa, frente al océano. Y es que el poeta siempre amó el agua. También le fascinaba la lluvia que caía sobre el techo de su casa del sur, los ríos que bajaban desde la cordillera como brazos líquidos... pero por sobre todo le gustaba el mar. Por lo mismo, tal vez, cuando tuvo a su única hija, la llamó Malva Marina. Neruda no tuvo descendientes. Su única hija, una pequeña que nació enferma, murió sin apenas conocer a su papá.
Malva Marina vino al mundo en Madrid, el 19 de agosto de 1934. Siempre fue muy frágil; tenía hidrocefalia. Murió a los ocho años de edad, y Pablo Neruda no la había visto por años. Su madre, María Antonieta Hagenaar, era holandesa. Desde el comienzo, la unión Neruda-Hagenaar estaba destinada al fracaso, las diferencias de caracteres, motivaciones y sobre todo la falta de amor, llevó a que la pareja en poco tiempo fuera insostenible.
Ante esta situación, y luego de la separación, Neruda borró de su historia a Malva. No hay registros de que se hubiese ocupado de ella, tampoco la menciona en sus memorias ni respondió el telegrama que se le envió a México años más tarde habiendo muerto la niña. Pero sí escribe dolidos poemas autocompasivos donde los estudiosos ven la huella que Malva Marina dejó en él.
Y sigue...