Una vez en Moraleja, mi padre que conocia al alcalde, le dijo que mandara echar el pregón diciendo que a las nueve de la noche se iba a dar un concierto de guitarra en el bar de la plaza. A las ocho y media ya estaba el bar llenico de gente y Bigotes se habia colocado en un templete, sentado en una silla con el sombrero puesto y guitarra en mano. A las nueve en punto dió con el dedo pulgar el primer rasponazo en las cuerdas de la guitarra: riiiiiiiiiiiiiiin
Hay que tener muchos bigotes para hacer algo así. Por menos podía uno salir trasquilao del lance.