He sido durante unos cuatro años largos, una veraneante del
pueblo de
Mamoles. Y he tenido la oportunidad de conocer a la gente que reside en el todo el año y a los que como yo van esporádicamente.Y la verdad es que se respira tranquilidad y sosiego. Sus vistas desde el
mirador de la
ermita, son impresionantes. Y sus parages, para caminar y disfrutarlo. Así como la cria de aveztruces. Podría deciros más, pues hay mucho que contar. Pero lo mejor es que si podéis disfrutarlo personalmente, hacedlo.
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