Astados entre maizales y pinares
Cientos de caballistas y decenas de vehículos siguen el encierro por el campo, que deja tres caballos heridos, uno de cierta gravedad
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Un grupo de caballistas observa a uno de los novillos metido en un maizal.
Foto José Luis Fernández
Galería: La noticia en imágenes
J. A. G. Tres caballos heridos, uno de ellos de cierta gravedad, resumen el capítulo de percances registrado en el encierro por el campo organizado ayer en Moraleja del Vino, sumida de lleno en los festejos en honor de Santa María Magdalena.
A la cita taurina acudieron más de un centenar de caballistas, varios centenares de aficionados montados en vehículos de toda naturaleza, especialmente tractores con sus respectivos remolques, que siguieron a los toros a lo largo y ancho de la campiña, maizales incluidos.
Los dos toros soltados, «con un peso de entre 440 y 460 kilos», tomaron cada uno de ellos distintas direcciones dando así juego y diversión a los participantes. Uno de los animales llegó hasta Madridanos, donde se metió en un maíz. De este sembrado fue sacado finalmente por una grupo de aficionados procedentes de Villafrechós (Valladolid) que acudieron a Moraleja debidamente preparados con un vehículo equipado con una plataforma. Engancharon al toro por los cuernos con una maroma y así fue sacado del maizal, según contó ayer uno de los protagonistas, Yago Martín Gonzalo.
El otro animal, de un tono colorado, tomó la ruta de los pinares y allí fue donde puso en aprietos a dos caballistas.
«Fue un encierro bonito que dio un juego extraordinario», señaló ayer Luis Miguel Ballesteros, que destacó «la buena presencia» de los toros, procedentes de la ganadería de Emilio Galán Trilla, de Salamanca.
Algunos aficionados optaron por ver el espectáculo desde el cerro El Moro, que permite observar toda la campa por donde caballistas, toros y conductores hacen sus correrías.
Es un encierro seguido por gran número de personas, que acuden de toda la comarca del Vino, así como de la Guareña y de Tierra de Campos-Pan. Ángel Pérez, alguacil de Moraleja, manifestó que este año concurrió más gente que el pasado y resaltó el comportamiento general de los participantes. Los que intervienen en el encierro con vehículos son conminados a guardar unas distancias para no entorpecer la labor de los caballistas y evitar posibles riesgos. El comportamiento fue correcto y se cumplió el reglamento. Son unas distancias exigidas por el peligro que conlleva la colisión de los vehículos con los animales. Al encierro de Moraleja asisten personas con tractores y remolques cargados hasta los topes de personas, más luego otros en todoterrenos, en quads, en motos y en coches capaces de marchar campo a través. Una nube de vehículos, en expresión del alguacil. Una vez recogidos los animales son trasladadazos, para su sacrificio, al matadero de Fuentesaúco. Los de ayer, al decir de Luis Miguel Ballesteros, marcharon enteros y capaces de aguantar otro desafío.
Los festejos de Moraleja del Vino continúan hoy su desarrollo con el festival taurino como el acto más destacado. Tendrá lugar a las 18,30 horas y se lidiarán cuatro novillos de la ganadería de Emilio Galán. Tomarán parte el rejoneador Héctor Barcenilla, los matadores José Antonio Canales Rivera, José Miguel Pérez Joselito y el novillero de Villalpando Antonio Boyano. Luego habrá una suelta de vaquillas para el entretenimiento de los aficionados
Cientos de caballistas y decenas de vehículos siguen el encierro por el campo, que deja tres caballos heridos, uno de cierta gravedad
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Foto José Luis Fernández
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J. A. G. Tres caballos heridos, uno de ellos de cierta gravedad, resumen el capítulo de percances registrado en el encierro por el campo organizado ayer en Moraleja del Vino, sumida de lleno en los festejos en honor de Santa María Magdalena.
A la cita taurina acudieron más de un centenar de caballistas, varios centenares de aficionados montados en vehículos de toda naturaleza, especialmente tractores con sus respectivos remolques, que siguieron a los toros a lo largo y ancho de la campiña, maizales incluidos.
Los dos toros soltados, «con un peso de entre 440 y 460 kilos», tomaron cada uno de ellos distintas direcciones dando así juego y diversión a los participantes. Uno de los animales llegó hasta Madridanos, donde se metió en un maíz. De este sembrado fue sacado finalmente por una grupo de aficionados procedentes de Villafrechós (Valladolid) que acudieron a Moraleja debidamente preparados con un vehículo equipado con una plataforma. Engancharon al toro por los cuernos con una maroma y así fue sacado del maizal, según contó ayer uno de los protagonistas, Yago Martín Gonzalo.
El otro animal, de un tono colorado, tomó la ruta de los pinares y allí fue donde puso en aprietos a dos caballistas.
«Fue un encierro bonito que dio un juego extraordinario», señaló ayer Luis Miguel Ballesteros, que destacó «la buena presencia» de los toros, procedentes de la ganadería de Emilio Galán Trilla, de Salamanca.
Algunos aficionados optaron por ver el espectáculo desde el cerro El Moro, que permite observar toda la campa por donde caballistas, toros y conductores hacen sus correrías.
Es un encierro seguido por gran número de personas, que acuden de toda la comarca del Vino, así como de la Guareña y de Tierra de Campos-Pan. Ángel Pérez, alguacil de Moraleja, manifestó que este año concurrió más gente que el pasado y resaltó el comportamiento general de los participantes. Los que intervienen en el encierro con vehículos son conminados a guardar unas distancias para no entorpecer la labor de los caballistas y evitar posibles riesgos. El comportamiento fue correcto y se cumplió el reglamento. Son unas distancias exigidas por el peligro que conlleva la colisión de los vehículos con los animales. Al encierro de Moraleja asisten personas con tractores y remolques cargados hasta los topes de personas, más luego otros en todoterrenos, en quads, en motos y en coches capaces de marchar campo a través. Una nube de vehículos, en expresión del alguacil. Una vez recogidos los animales son trasladadazos, para su sacrificio, al matadero de Fuentesaúco. Los de ayer, al decir de Luis Miguel Ballesteros, marcharon enteros y capaces de aguantar otro desafío.
Los festejos de Moraleja del Vino continúan hoy su desarrollo con el festival taurino como el acto más destacado. Tendrá lugar a las 18,30 horas y se lidiarán cuatro novillos de la ganadería de Emilio Galán. Tomarán parte el rejoneador Héctor Barcenilla, los matadores José Antonio Canales Rivera, José Miguel Pérez Joselito y el novillero de Villalpando Antonio Boyano. Luego habrá una suelta de vaquillas para el entretenimiento de los aficionados