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MORALES DEL VINO: Los quintos cumplen el ritual...

Los quintos cumplen el ritual
Los mayos de Fuentesaúco y de Venialbo fueron cortados durante la noche en un acto de vandalismo que desagradó a los vecinos
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Quintos y amigos de Venialbo cavan el pozo para izar el mayo.
Foto J. D. G.
MULTIMEDIA
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A. R./J. V./S. R.
Un año más los quintos de 2011 cumplieron el rito y, en diversos pueblos, plantaron el Mayo en la madrugada del primer día de mes. Es una puesta en escena que tiene lugar en un ambiente de gran armonía y convivencia, que incluso cuentan la colaboración de decenas de personas para ayudarlos en tan ardua tarea. En Fuentesaúco, es de destacar el excelente comportamiento y solidaridad de los quintos salientes, que se implicaron como el que más a la hora de ayudar a poner en pie una vigorosa viga de más de 20 metros de altura siguiendo el sistema tradicional de izarlo a mano ayudándose de herramientas tan simples como cuerdas, escaleras y un carro. Decenas de jóvenes saucanos y padres de los quintos echaron mano para poner en pie el mayo en un tiempo récord de 45 minutos. En lo alto de la copa, a 22 metros de altura, hondeaba, en uno de los puntos más elevados del municipio, un "pacheco" vestido con el mono azul que ha servido de vestuario a la quintada del 2011. Sucedió, al igual que en Venialbo, que la broma de tratar de esconder el Mayo en este año ha tenido tintes de vandalismo al ser cortados los símbolos, dejando una malsana sensación. En Venialbo, gracias al concurso de familiares, los quintos Rodrigo Martín, Aidén Sánchez, Samanta Pérez, Carlos Silvestre y Jesús Ángel Rodríguez, consiguieron ayer levantar un nuevo Mayo.

la nueva quintada de Morales del Vino levantó el mayo en uno de los terrenos libres a las afueras del pueblo, apoyados por una gran parte de los moralinos, que no quisieron perderse la maniobra para poner el pie el gran chopo, justo a las 12 de la noche del 30 de abril, es decir, en el momento en que se estrena el nuevo mes. Los quintos tuvieron que trabajar lo suyo desde por la mañana. El gran hueco horadado en el terreno que superaba en hondura la altura de una persona, amaneció lleno de agua, bidones y adoquines, que fueron difíciles de sacar, debido a la blandura del terreno por las lluvias.

Por la tarde los quintos talaron un árbol de gran porte del paraje donde tradicionalmente se van a buscar los mayos «El Soto», si bien tuvieron un regreso accidentado, al averiarse el camión que debía transportar el tronco y necesitar la ayuda de un tractor.

Los jóvenes llegaron sin embargo a tiempo a su cita, y a partir de media noche comenzaron, ayudados los vecinos por jóvenes del pueblo y el «grupo de expertos» a tensar las cuerdas con las que se ayuda a levantar el tronco y controlar su correcta verticalidad. Luego el personal repuso fuerzas con un chocolate con churros.