Una constructora aprovecha la energía geotérmica para abastecer a viviendas
La empresa vallisoletana aplicará el calor que genera el subsuelo para alimentar la calefacción y dotar un chalé en Morales de agua caliente
Uno de los responsables de la construcción de Morales explica las aplicaciones de la geotérmica.
Foto S. R.
S. RAMOS
Uno de los nuevos chalés, una lujosa construcción de 500 metros cuadrados, que se levanta en Morales del Vino utilizará un novedoso sistema de calefacción y agua caliente, la energía geotérmica, que consiste en aprovechar el calor que genera el subsuelo terrestre con fines domésticos.
No es la primera casa que utiliza en Morales este tipo de fuente de energía, aunque en este caso la constructora vallisoletana que lleva a cabo el proyecto, ha recurrido a un equipo puntero alemán con el fin de que los sondeos en los que se basa la adquisición de esta energía sean técnicamente adecuados y se eviten los problemas.
La tierra guarda calor en su interior; la temperatura aumenta en relación a la profundidad. Lo que hacen los sistemas de aprovechamiento de la energía geotérmica es utilizar el calor del subsuelo terrestre para conseguir tanto calefacción como refrigeración y agua caliente para la vivienda.
La ventaja principal es que se trata de una energía limpia, que no se agota y que se toma directamente del terreno, es decir, no tiene el gasto de electricidad o combustible que necesitan otros sistemas de calefacción y agua caliente. El inconveniente es que necesita una costosa inversión inicial y realizar una instalación complicada. En el caso del chalé de Morales se han metido cinco sondas a una profundidad de 130 metros para «subir» el calor hacia la casa, distribuido mediante un sistema de tuberías por el suelo, que puede ser reversible hacia la refrigeración y que consigue además el agua caliente necesaria para la vivienda.
Algunos lugareños interpretaron que en esta casa se había conseguido obtener agua caliente directamente del subsuelo, afirmación que se acerca a la realidad pero que hace pensar precisamente en una especie de geiser, algo impensable en Morales. Lo que se obtiene en realidad es la energía del subsuelo para calentar agua para usar en calefacción y la vivienda, incluida la piscina, lo cual es bastante diferente.
Las ventajas respecto a otras energías renovables son caras: la temperatura de la tierra a esas profundidades es siempre la misma, independientemente de que sea de día, de noche, haga sol, esté nublado o nieve.
En todo caso un tipo de energía que hasta hace poco parecía más teórica que real, ya se está empezando a utilizar en la práctica y precisamente en Morales del Vino, localidad con unos chalés que destacan precisamente por la innovación que incorporan, tanto tecnológica como de diseño.
La empresa vallisoletana aplicará el calor que genera el subsuelo para alimentar la calefacción y dotar un chalé en Morales de agua caliente
Uno de los responsables de la construcción de Morales explica las aplicaciones de la geotérmica.
Foto S. R.
S. RAMOS
Uno de los nuevos chalés, una lujosa construcción de 500 metros cuadrados, que se levanta en Morales del Vino utilizará un novedoso sistema de calefacción y agua caliente, la energía geotérmica, que consiste en aprovechar el calor que genera el subsuelo terrestre con fines domésticos.
No es la primera casa que utiliza en Morales este tipo de fuente de energía, aunque en este caso la constructora vallisoletana que lleva a cabo el proyecto, ha recurrido a un equipo puntero alemán con el fin de que los sondeos en los que se basa la adquisición de esta energía sean técnicamente adecuados y se eviten los problemas.
La tierra guarda calor en su interior; la temperatura aumenta en relación a la profundidad. Lo que hacen los sistemas de aprovechamiento de la energía geotérmica es utilizar el calor del subsuelo terrestre para conseguir tanto calefacción como refrigeración y agua caliente para la vivienda.
La ventaja principal es que se trata de una energía limpia, que no se agota y que se toma directamente del terreno, es decir, no tiene el gasto de electricidad o combustible que necesitan otros sistemas de calefacción y agua caliente. El inconveniente es que necesita una costosa inversión inicial y realizar una instalación complicada. En el caso del chalé de Morales se han metido cinco sondas a una profundidad de 130 metros para «subir» el calor hacia la casa, distribuido mediante un sistema de tuberías por el suelo, que puede ser reversible hacia la refrigeración y que consigue además el agua caliente necesaria para la vivienda.
Algunos lugareños interpretaron que en esta casa se había conseguido obtener agua caliente directamente del subsuelo, afirmación que se acerca a la realidad pero que hace pensar precisamente en una especie de geiser, algo impensable en Morales. Lo que se obtiene en realidad es la energía del subsuelo para calentar agua para usar en calefacción y la vivienda, incluida la piscina, lo cual es bastante diferente.
Las ventajas respecto a otras energías renovables son caras: la temperatura de la tierra a esas profundidades es siempre la misma, independientemente de que sea de día, de noche, haga sol, esté nublado o nieve.
En todo caso un tipo de energía que hasta hace poco parecía más teórica que real, ya se está empezando a utilizar en la práctica y precisamente en Morales del Vino, localidad con unos chalés que destacan precisamente por la innovación que incorporan, tanto tecnológica como de diseño.