Precioso nazareno, amo este pueblo, esta iglesia y estas tallas, que no desaparezcan jamás. Nazareno lindo, dame / esa cruz que tú llevas. / Dios mío, cayendo vas…/ Pecadores nosotros fuimos…/ Esa corona, de espina fue, / apretó fuertemente su cabeza, / quien juntando su sangre, / en lo alto crucificado, / cayendo mucha sangre de sus manos… / se fue nomás para el cielo. / Nuestras culpas te hacen morir, / tú moriste amando).