El jardín de La Fenal.
Es un lugar atractivo y tranquilo, al que se puede llegar fácilmente en coche o andando, situado a las afueras de Muelas de los Caballeros . A la entrada, al fondo, se pueden ver muchas clases de árboles y entre ellos una casa construida encima de una peña, avanzando un poco por el camino de tu izquierda, te encuentras con una enredadera de suelo que prácticamente abarca todo el suelo del bosque y alguna fresa silvestre que otra .
Subiendo las escaleras, te encuentras con un pino que se puede considerar pequeño y a su lado unas palmeras, y a la izquierda una fuente estrella . Mirando hacia arriba, conteplamos un auténtico bosque de mimosas, y seguimos subiendo rodeados de acebos. Seguimos el camino y a lo lejos se puede ver la casa de los criados y ya regresando, a la entrada, te encuentras con lo más espantoso del bosque: unas secuoyas enormes, algunas de las cuales llegan a medir 45 metros, llegadas de lejos hace “algunos años”.
Es un lugar atractivo y tranquilo, al que se puede llegar fácilmente en coche o andando, situado a las afueras de Muelas de los Caballeros . A la entrada, al fondo, se pueden ver muchas clases de árboles y entre ellos una casa construida encima de una peña, avanzando un poco por el camino de tu izquierda, te encuentras con una enredadera de suelo que prácticamente abarca todo el suelo del bosque y alguna fresa silvestre que otra .
Subiendo las escaleras, te encuentras con un pino que se puede considerar pequeño y a su lado unas palmeras, y a la izquierda una fuente estrella . Mirando hacia arriba, conteplamos un auténtico bosque de mimosas, y seguimos subiendo rodeados de acebos. Seguimos el camino y a lo lejos se puede ver la casa de los criados y ya regresando, a la entrada, te encuentras con lo más espantoso del bosque: unas secuoyas enormes, algunas de las cuales llegan a medir 45 metros, llegadas de lejos hace “algunos años”.