Los pueblos se nos mueren poco a poco. Lógicamente, los que vivimos fuera vemos las cosas de otra manera a como las veis los que vivís ahí los 365 días al año. Cuando los que no hemos renegado de nuestros orígenes os visitamos, admiramos vuestra forma de vivir y sabed que no se vive tan mal. Disfrutad lo que tenéis y no vuscad envidias ni pequeñeces. Nada más grande que vernos todos unidos olvidando pequeñas rencillas. Y lo que tenemos, aunque sea poco, hay que disfrutarlo y airearlo. ¿Acaso no hay algún vecino vuestro que merezca ser respetado por sus valores? ¿O es que tenemos que esperar a que la palme para reconocerlo? Ánimo y que el ambiente no decaiga. Un Olmillense que nació ahí hace 52 años y que lleva el pueblo en su corazón. Gracias a todos.