Un hombre compró una nevera nueva y, para librarse de la vieja, la dejó enfrente de su
casa con un
cartel que decía:
"Gratis. Si la quiere, se la puede llevar".
La nevera permaneció allí durante 3 días, sin que la gente que pasaba se dignara mirarla.
El hombre llegó a la conclusión de que la gente no creía en la oferta. Era demasiado buena para ser verdad; por lo tanto, cambió el cartel:
"Nevera en venta por 150 €". ¡Al día siguiente se la habían robado!