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PADORNELO: Pablo, no dejes nunca un relato a medias que a algunos...

Serian entre las cinco y las seis de la tarde. Dice mi padre,! Hay que ir a buscar las vacas que andarán por el Pradoval! Era una suposición después de 20 días sueltas por esas sierras, sin pensarlo digo; ya voy yo. Agarro un palo como buen pastor, y ya estaban león y mora esperan en la salida sin decirles nada. Nos ponemos en marcha, a veces ellos delante, a veces yo detrás hasta la Portilla, que hay un cruce de tres caminos, allí miro para tras y ahí estaban león y mora y los tres cogemos el mismo camino hasta las Baligotas, allí león y mora se desviaron por la cañada que sube a dos prados que hay aislados, yo continué por el camino que es muy frondoso por la cantidad de los carballos, escanfreixos, abedules, y oigo ladrar a mora; pienso, ya han sacado alguna corza y las quiero ver, acelero el paso para divisar la ladera de la rigueira de las Baligotas y escucho como unos berridos mezclados con ladridos, al mismo tiempo que veo a león y mora corriendo detrás de otro animal en la cima de la ladera, que al poco rato desaparecen de mi vista y sigo oyendo unos berridos muy raros (tengo que decir que nunca había escuchado aullar el lobo) sin ver nada me adentro por un carreirón cubierto de piornos que son más altos que yo, y cada vez oía más cerca los berridos, me encuentro con una piedra de más de un metro de ancha pero solo 20 ó 30 centímetros de alta, me subo para ojear por encima de los piornos donde venían los ruidos extraños, y en esto que bajo la mirada veo unas orejas tiesas, unos ojos saltones, unos dientes como escarpias, acompañados de unos aullidos muy furiosos, un lobo enorme a un escaso metro mirándome como si me quisiera comer. Podéis imaginar yo en la piedra tan tieso como el palo que tenia en la mano y sin mover una pestaña. Estaría mirándome y aullando delante mio menos de un minuto pero a mi me parecieron cinco.
Pasa rozando la piedra sin parar de aullar y lo pierdo de vista entre los piornos, cuando considere que ya estaba a 100 ó 200 metros por los aullidos que cada vez se sentían más lejos reaccioné un poco y continué mi camino.
Continuara.....

Pablo, no dejes nunca un relato a medias que a algunos no nos gusta quedarnos con la intriga. Si estoy yo en esa situacion seguro que ssi me cago en los pantalones o en lo que llevara puesto... Debe quedarse uno en esas siotuaciones esperando lo peor, suerte que el lobo se fue para otro lado. Nunca he tenido el gusto o el disgusto de ver a un lobo vivo tan cerca. Recuerdo los lobos muertos que traian alguna vez por el pueblo y ya me daban miedo así....