Una imagen vale mil palabras.
Más que abandono falta esa inquietud, esas ganas de prestar un par de ojos más a este bendito pueblo para obtener otro punto de vista.
Un ratón ve al granjero y su esposa abriendo un paquete y descubre que era una ratonera. Fue al patio de la Granja a avisar: hay una ratonera en la casa. La gallina, que estaba cacareando dijo: Entiendo que es un problema para usted, más no me perjudica. El ratón se lo contó al cordero. No hay nada que yo pueda hacer. Se dirigió a la vaca y ella dijo: ¿Acaso yo estoy en peligro? Estoy segura que no. El ratón volvió a la casa preocupado. A la noche se oyó a la ratonera atrapando a su víctima. La mujer corrió pero en la oscuridad no vio que había atrapado a una cobra venenosa que la mordió. El granjero la llevó al hospital. Ella volvió con fiebre. Nada mejor que una buena sopa. El granjero fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Los parientes fueron a visitarla. Para alimentarlos el granjero mató el cordero. La mujer finalmente murió. El granjero vendió la vaca al matadero para cubrir el costo del funeral.
Cuento de nuestros abuelos; para cuando pensábamos que no era un problema nuestro que lo pensáramos otra vez.
Anónimo, quiero decir que estoy de acuerdo pero falta el capital social, y sin juventud en este pueblo tenemos 30 años más de democracia sin pluralidad.
Más que abandono falta esa inquietud, esas ganas de prestar un par de ojos más a este bendito pueblo para obtener otro punto de vista.
Un ratón ve al granjero y su esposa abriendo un paquete y descubre que era una ratonera. Fue al patio de la Granja a avisar: hay una ratonera en la casa. La gallina, que estaba cacareando dijo: Entiendo que es un problema para usted, más no me perjudica. El ratón se lo contó al cordero. No hay nada que yo pueda hacer. Se dirigió a la vaca y ella dijo: ¿Acaso yo estoy en peligro? Estoy segura que no. El ratón volvió a la casa preocupado. A la noche se oyó a la ratonera atrapando a su víctima. La mujer corrió pero en la oscuridad no vio que había atrapado a una cobra venenosa que la mordió. El granjero la llevó al hospital. Ella volvió con fiebre. Nada mejor que una buena sopa. El granjero fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Los parientes fueron a visitarla. Para alimentarlos el granjero mató el cordero. La mujer finalmente murió. El granjero vendió la vaca al matadero para cubrir el costo del funeral.
Cuento de nuestros abuelos; para cuando pensábamos que no era un problema nuestro que lo pensáramos otra vez.
Anónimo, quiero decir que estoy de acuerdo pero falta el capital social, y sin juventud en este pueblo tenemos 30 años más de democracia sin pluralidad.