Bonitos relatos de la vecindad.
Patrones de recuerdos de la niñez. El lobo, el protagonista antes que esta telaraña conectara el mundo, a veces reales, aveces surrealistas.
La primera vez que yo vi el lobo, jugaba cerca de mi abuela que estaba con las vacas en los Cabeceiros. Un prado que está en una montaña en forma de V. Desde un lado ves lo que pasa en el otro. Y oí voces que decían, el lobo, el lobo... Corrí para donde mi abuela que dando la espalda al rebaño de ovejas y cabras, me dice, no mires, anda el lobo ahí y voy a rezar el responso para pecharle la boca. Agarrado con una mano al mandil de mi abuela y asomando la cabeza por un costado lo que no hice fue parar de mirar. Veía las cabras y ovejas desparramadas por la ladera, y mucho más lejos a la tía Ramona, gritando, el lobo, el lobo... De repente en estampida ovejas y cabras corren para amontonarse y, veo salir un lobo entre los piornos tranquilamente que va hacia el montón de animales. Mi curiosidad en alerta máxima era ver como enganchaba una oveja o cabra, pero paso por el medio del rebaño partiéndolo en dos, sin la más mínima muestra de atacar perdiéndose en la cumbre de la montaña.
Relato real, agarrado con una mano al mandil de mi abuela mientras hacia el responso y no se entero de nada.
Casualidad o el poder de la mente. Pienso que el lobo estaba harto y por eso no ataco. Pero también comprenderéis que un diamante es una piedra a la que la mente da valor.
Patrones de recuerdos de la niñez. El lobo, el protagonista antes que esta telaraña conectara el mundo, a veces reales, aveces surrealistas.
La primera vez que yo vi el lobo, jugaba cerca de mi abuela que estaba con las vacas en los Cabeceiros. Un prado que está en una montaña en forma de V. Desde un lado ves lo que pasa en el otro. Y oí voces que decían, el lobo, el lobo... Corrí para donde mi abuela que dando la espalda al rebaño de ovejas y cabras, me dice, no mires, anda el lobo ahí y voy a rezar el responso para pecharle la boca. Agarrado con una mano al mandil de mi abuela y asomando la cabeza por un costado lo que no hice fue parar de mirar. Veía las cabras y ovejas desparramadas por la ladera, y mucho más lejos a la tía Ramona, gritando, el lobo, el lobo... De repente en estampida ovejas y cabras corren para amontonarse y, veo salir un lobo entre los piornos tranquilamente que va hacia el montón de animales. Mi curiosidad en alerta máxima era ver como enganchaba una oveja o cabra, pero paso por el medio del rebaño partiéndolo en dos, sin la más mínima muestra de atacar perdiéndose en la cumbre de la montaña.
Relato real, agarrado con una mano al mandil de mi abuela mientras hacia el responso y no se entero de nada.
Casualidad o el poder de la mente. Pienso que el lobo estaba harto y por eso no ataco. Pero también comprenderéis que un diamante es una piedra a la que la mente da valor.