Recordaba este verano apropósito de este tema los descalabros que hacemos los hombres en la naturaleza, al ir a la piscina aquella calle hacia abajo, los prados que habia allí y que tanto me gustabasn a mí, la calle que abajo del todo donde está el peaquelño puente estaba toda empedrada y llegabas al rio (ahora está el tunel encima y no lo deja ver), todo ese cemento que cubre esa calle, era más bonito pisar aqueñllas piedras aunque te mojarás los pìes, todo eso ya no existe, el paisaje es otro paisaje y no nos queda más remedio que aguantarnos.