Tus recuerdos parecen felices; yo te puedo contar cuando ya Don José no estaba y sí deª Teresa; cuando mis juegos didácticos eran para las "listas"; cuando me pegaba; cuando me hechaba al pasillo, y si hacía frío o era día de tormenta yo me acurrucaba sobre el suelo helado y lloraba; cuando no me alejaba de los otros alumnos y alumnas que me increpaban y me pegaban (ya había acoso escolar allá por los años primeros años de 1970). Me acuerdo de el último tortazo: acabé con la cabeza en el borde de la tabla superior, en donde había esos huecos para la tinta de la pluma de la que escribes, esos pupitres de madera, de una sola pieza, donde pude perder la vida; cuando regresé unas vacaciones, yo estudiaba ya fuera, fuí a saludarla, me arrojó del edificio, pero le agrdezco aquel buen trato, porque ahora soy lo que soy y no vivo en Zamora.
Mis recuerdos también son "idílicos", de aquella escuela blanca, con grandes ventanales y geranios en los quicios de las ventanas; con suelo de tablas de madera y de un gran Belén que se colocaba tras el puente del 8 de diciembre; por cierto ¿dónde están las piezas de aquel monumental Belén que era propiedad de la Escuela? porque estaba compuesto por la "Anunciación", la "Aparición a los Pastores", el "Nacimiento" y la "Huída a Egipto". No lo hemos vuelto a ver, o al menos yo, no lo he visto.
Mis recuerdos también son "idílicos", de aquella escuela blanca, con grandes ventanales y geranios en los quicios de las ventanas; con suelo de tablas de madera y de un gran Belén que se colocaba tras el puente del 8 de diciembre; por cierto ¿dónde están las piezas de aquel monumental Belén que era propiedad de la Escuela? porque estaba compuesto por la "Anunciación", la "Aparición a los Pastores", el "Nacimiento" y la "Huída a Egipto". No lo hemos vuelto a ver, o al menos yo, no lo he visto.