A Prado
(Mi amado pueblo, en él nací y en él quiero acabar mis días)
Te definiría como el hermano pobre
sin nada en tu desnudez
austero, generoso
acogedor, rayando casi en lo humano.
Hundido en este barro
tuyo y mío
tierra de mis raíces
verticales y profundas.
Con buenas gentes, serviciales
con seña de identidad
de lealtades,
de inquietudes
por una vida nueva y añorada.
Sin entender tu destino
en Tierra de Campos
de antes viñedos
de cubas de vino
en profundas bodegas
y hoy solo cereales
y siempre sumergido
en tu innata miseria.
Asalto de ladrones
minando y vaciando
a diario tu despensa
de trigo y de cebada
fruto del sol, del agua
del labrador, que al final
nada se queda
solo la frustración.
Acercamientos, compartirlo todo,
valores hoy a extinguir,
y yo caminante contigo
y junto a ti, en siete décadas
de mi efímera existencia
y tú, sólo, en tu tiempo infinito.
De cualidades externas
tuyas, mías, de todos
casas de tapial y de tierra
barrera de barro y adobe
como cerámica del pueblo,
de cada casa un pozo
donde bebe el ganado
y de donde beben todos.
Iglesia, hoy renovada
y vestida con lo nuevo
pila bautismal, centro cristiano
de anhelada esperanza,
procesión del Poderoso,
plenilunio, perdona a tu pueblo
muerte parte de la vida
vida parte de la muerte
realidades inexorables e insolubles.
Surcos en tus tierras
de larga andadura diaria
de cansados labriegos de azada
caminos polvorientos
de rebaños de lanar
con olor a cuajada.
Cuatro calles
encuentro de los mozos
de fiestas patronales
puesta de mayo y rogativa
bollos de hornos "rosiados" con sarmientos
de pan reciente y olor a hurmiento.
Salpicado de palomares
cebados a algarroba
hoy caídos todos
arañados por el viento y solos.
Costumbres ancestrales
tiestos de carnavales,
tertulias en la calle de vecinos
en largas y cálidas noches de estío
cantos de grillos, croar de ranas
de tus tres lagunas
de abundante agua.
Hoces, parvas en la era
olor a paja seca
lluvia de poniente
pregones, vendimias
"lagarada" de blanca y tinta,
Virgen del Rosario
promesas del labrador
escondidas bajo tu manto.
Otoños de sementera
hongos en las laderas,
nieblas de invierno
matanzas con chanfaina
chimeneas humeantes
de lumbres encendidas
de paja de centeno,
con potes y pucheros.
Fiambrera con torrezno rancio
de tortilla y sopan vino
escaseces de sueños y sacrificios,
pobres de alforja de pan duro
¡una limosna por el amor de Dios!
y de respuesta: ¡Que Dios te ampare!.
La temida requisa
ladrones de guante blanco
dobles falsos,
tinajas atolladas en los corrales
con garbanzos muelas y lentejas
de acopio del año.
Perlas de rocío
vivencias amorosas
de sentimientos ilusionados
de amor compartido
San Antón, quintos, corrida de cintas
bailes, rondas, noviazgos
esposos, en lo bueno y en lo malo
tañido de campanas
largas bodas de cocinera y ternero
nacer de nuestros hijos
nacer de niños y niñas, vida.
Juegos infantiles
muñecas de trapo
peonzas egocéntricas
titos de aceitunas
maestros / as en la escuela
barro en las calles
frías estalactitas
en las veras de los tejados
de hielo transparente
sabañones en las manos
y frío en la frente.
Bandos confrontados
guerra civil y fratricida
temores, silencios, perdones,
olvidos, paz y lágrimas de libertades.
Tu caño
murmullo durmiente del agua
de manantial inagotable
susurros de encuentros pactados
suspiros de amor
celos infundados.
Añejas nostalgias
conflictos en mi interior
actitudes encontradas
y me tengo que rendir
al modernismo programado
y renunciar a todo
lo vivido y lo legado.
Y lo que más me llena
y de lo que no me arrepiento
es el haber hecho para ti
pueblo eterno, este poema
como perpetuo recuerdo
y agradecimiento infinito.
Prado, tú, un peldaño hacia el cielo.
Julián Cañibano.
(Mi amado pueblo, en él nací y en él quiero acabar mis días)
Te definiría como el hermano pobre
sin nada en tu desnudez
austero, generoso
acogedor, rayando casi en lo humano.
Hundido en este barro
tuyo y mío
tierra de mis raíces
verticales y profundas.
Con buenas gentes, serviciales
con seña de identidad
de lealtades,
de inquietudes
por una vida nueva y añorada.
Sin entender tu destino
en Tierra de Campos
de antes viñedos
de cubas de vino
en profundas bodegas
y hoy solo cereales
y siempre sumergido
en tu innata miseria.
Asalto de ladrones
minando y vaciando
a diario tu despensa
de trigo y de cebada
fruto del sol, del agua
del labrador, que al final
nada se queda
solo la frustración.
Acercamientos, compartirlo todo,
valores hoy a extinguir,
y yo caminante contigo
y junto a ti, en siete décadas
de mi efímera existencia
y tú, sólo, en tu tiempo infinito.
De cualidades externas
tuyas, mías, de todos
casas de tapial y de tierra
barrera de barro y adobe
como cerámica del pueblo,
de cada casa un pozo
donde bebe el ganado
y de donde beben todos.
Iglesia, hoy renovada
y vestida con lo nuevo
pila bautismal, centro cristiano
de anhelada esperanza,
procesión del Poderoso,
plenilunio, perdona a tu pueblo
muerte parte de la vida
vida parte de la muerte
realidades inexorables e insolubles.
Surcos en tus tierras
de larga andadura diaria
de cansados labriegos de azada
caminos polvorientos
de rebaños de lanar
con olor a cuajada.
Cuatro calles
encuentro de los mozos
de fiestas patronales
puesta de mayo y rogativa
bollos de hornos "rosiados" con sarmientos
de pan reciente y olor a hurmiento.
Salpicado de palomares
cebados a algarroba
hoy caídos todos
arañados por el viento y solos.
Costumbres ancestrales
tiestos de carnavales,
tertulias en la calle de vecinos
en largas y cálidas noches de estío
cantos de grillos, croar de ranas
de tus tres lagunas
de abundante agua.
Hoces, parvas en la era
olor a paja seca
lluvia de poniente
pregones, vendimias
"lagarada" de blanca y tinta,
Virgen del Rosario
promesas del labrador
escondidas bajo tu manto.
Otoños de sementera
hongos en las laderas,
nieblas de invierno
matanzas con chanfaina
chimeneas humeantes
de lumbres encendidas
de paja de centeno,
con potes y pucheros.
Fiambrera con torrezno rancio
de tortilla y sopan vino
escaseces de sueños y sacrificios,
pobres de alforja de pan duro
¡una limosna por el amor de Dios!
y de respuesta: ¡Que Dios te ampare!.
La temida requisa
ladrones de guante blanco
dobles falsos,
tinajas atolladas en los corrales
con garbanzos muelas y lentejas
de acopio del año.
Perlas de rocío
vivencias amorosas
de sentimientos ilusionados
de amor compartido
San Antón, quintos, corrida de cintas
bailes, rondas, noviazgos
esposos, en lo bueno y en lo malo
tañido de campanas
largas bodas de cocinera y ternero
nacer de nuestros hijos
nacer de niños y niñas, vida.
Juegos infantiles
muñecas de trapo
peonzas egocéntricas
titos de aceitunas
maestros / as en la escuela
barro en las calles
frías estalactitas
en las veras de los tejados
de hielo transparente
sabañones en las manos
y frío en la frente.
Bandos confrontados
guerra civil y fratricida
temores, silencios, perdones,
olvidos, paz y lágrimas de libertades.
Tu caño
murmullo durmiente del agua
de manantial inagotable
susurros de encuentros pactados
suspiros de amor
celos infundados.
Añejas nostalgias
conflictos en mi interior
actitudes encontradas
y me tengo que rendir
al modernismo programado
y renunciar a todo
lo vivido y lo legado.
Y lo que más me llena
y de lo que no me arrepiento
es el haber hecho para ti
pueblo eterno, este poema
como perpetuo recuerdo
y agradecimiento infinito.
Prado, tú, un peldaño hacia el cielo.
Julián Cañibano.
hola julián
eres un monstruo
animo y pon mas poesias
un abrazo.
neme.
eres un monstruo
animo y pon mas poesias
un abrazo.
neme.