El amplio crucero y su cabecera poligonal son góticos y están cubiertos por
bóvedas de crucería estrelladas. En el interior todavía se conserva una
PILA BAUTISMAL del S. XIII con figuras talladas en el frontal. Se hallan también una pieza musical de
museo: el
órgano del
coro, hermoso instrumento datado en 1780 y del que surgieron notas musicales hasta 1930. El suelo de la
iglesia guardó durante años un secreto hasta que en 1995 tras la obras de restauración se descubrieron un
mar de lápidas funerarias que ocupaba toda la superficie del templo. La
torre resalta altiva, aunque poco concordante con la sobriedad
románica de la población primitiva.