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PUEBLICA DE VALVERDE: LA VENDIMIA...

LA VENDIMIA

Segunda parte.

Durante los dias de vendimia, si el tiempo no era lluvioso, se pasaba muy bien.
Se unían distintas familias, ayudándose unas a otras; sobre todo si en la misma bodega se pisaban las uvas para hacer el mosto.
Cuando se terminaban las de uno y el lagar quedaba libre, se comenzaba con las del otro.
Nuestra bodega, como otras varias no tenía lagar; había que transportar el mosto unos 200 ó 300 metros, en bidones y calderos, trabajo que resultaba pesadísimo. Años mas tarde compraríamos otra bodega, esta ya con una pequeña prensa, y resultaba el trabajo más llevadero; incluso desde el lagar por medio de unos canalones, iba el mosto directo a las cubas.
Podría describir el proceso de elaboración del mosto, y la composición y funcionamiento de las vigas y prensas que se utilizaban; pero como aún existen y todos los que lo deseen pueden verlo, no lo creo necesario.

Me centraré ahora, en como nos divertíamos la juventud, en los días de vendimia.
Cuando ya se había terminado en cada casa, los jóvenes se iban a ayudar a otras familias o amigos, totalmente gratis, solo por la manutención. –No había jornales que pagar, solo agradecimientos mutuos-, trueques que se hacían a cambio de otros trabajos, -acarrear leña, arar alguna finca. etc.-

Como ya he comentado, el trabajo se hacia de dos en dos; que generalmente eran los dos que mas simpatizaban del grupo. Así lo pasaban mejor durante la jornada y las siguientes si no se terminaba. También, así se defendían de las sorpresas que pudieran venir por detrás, avisando uno al otro; caso que pretendieran darles las lagaradas, alguno de las otras parejas.

Se pretendía demostrar quienes vendimiaban más, y a porfía se andaba todo el día; intentando no quedarse rezagados. De ahí que cuando alguna pareja le tocaba vendimiar algún híbrido, y se retrasaba; el resto se mofaba cariñosamente de ellos, como también he comentado.

Lo más alegre y simpático era el hecho de darse las lagaradas. Difícil era que ninguna de las personas jóvenes, durante la jornada; se librase de que le frotaran la cara, con las uvas mas tintoreras que hubiera en la viña. Eso si, había que esperar la mejor ocasión para sorprender a la víctima, puesto que nadie se ofrecía voluntario a recibirlas.
Menudas carreras se hacían cuando alguno se había librado, para conseguir agarrarlo; y frotarle la cara a conciencia, con las uvas.
Salvo excepciones todo se hacia sin interferir en el trabajo. En los descansos que se hacían, y con la mejor intención de pasarlo bien.
Recuerdo, como en una ocasión, fueron a ayudar a mis padres, varias chicas jóvenes; algunas, unos años mayores que yo. A mí ya me habían dado las lagaradas al igual que yo a ellas; pero había una que era imposible sorprenderla y se mofaba de todos los demás. Siempre estaba a la defensiva. Después de la comida y descansar todos un poco, cogí con disimulo unas uvas tintas del carro, y me a fui acercando a donde estaba; pero se dio cuenta y comenzó a correr. Corrí detrás de ella hasta que la agarré, y por detrás le frote las uvas en la cara. Los demás me aplaudieron; pero cuando llegamos al grupo, mi padre, que debido a la distancia pensó que se las había dado en el pompis, me echó una buena regañina. Menos mal que todos salieron a mi favor, diciendo que todo era una broma.

El día mas divertido era el de la vendimia de uno de los abuelos. Nos reuníamos 6 familias, todas ellas con varios jóvenes y ganas de juerga. Ya desde primeras horas del día, había que tomar precauciones; sobre todo si se comenzaba por una de las viñas, que todas las parras eran híbridos, de lo mas tintoreros que existían. Todos tenían que terminar con la cara morada, y si alguno se resistía, había que a carrera, agarrarlo, y frotarle la cara con las uvas.
En ocasiones, alguna de las mozas, nos engaño; pues ella misma se pintaba ya la cara, para evitar la posibilidad, de que se le manchase la ropa que llevaba puesta.
La comida, si el tiempo lo permitía, se hacia en el campo; aquello era una fiesta. Muchas veces tenían los padres que llamarnos al orden, para continuar la vendimia y terminar la faena.
Al atardecer, llevábamos las uvas en los carros para la bodega; se descargaban, y los padres regresaban a casa con el carro y los animales, para darles de comer.
En la bodega, siempre quedaba uno de los padres, y la mayoría de los chicos para pisar las uvas, e iniciar las operaciones de funcionamiento de la viga, para la elaboración del mosto.
Las chicas no quedaban, pues se comentaba que no era buena su intervención pisando las uvas, si en aquellos días alguna tenía la menstruación.
Una vez ya pisadas las uvas, y colocadas en un montón en el lagar; se ponían encima tableros de presión; iniciándose el proceso de maniobra de la viga para exprimirlas, y se dejaba hasta la mañana siguiente.
Allí andábamos a porfía los mozos, para darle a la manivela del uso; y levantar la piedra unida al mismo, que podría pesar más de 1000 kilos.
Para la cena, había que habilitar una habitación de comedor. Nos reuníamos más de 30 personas. Siempre tenia cebado para esa fecha un cordero, y a base de conejos y pollos que cuidaba la abuela, se hacia una gran fiesta. No faltaban los comentarios del día sobre las lagaradas y la mofa de algunos de ellos, que por alguna razón no habían acudido a vendimiar. Más de una vez, recibirían las lagaradas por la noche, para que abandonaran la burla.
Uno de los tíos tenia una gramola y con ella se amenizaba, la juerga después de la cena; a lo que se unían los cánticos de una de las primas, que lo hacia muy bien.

En aquellos años eran pocos los medios que había, pero nos lo pasábamos estupendamente. Las familias eran mas solidarias entre si y se sentían mas unidas para todo.

Antes de finalizar, quiero indicar como averiguaba yo, la capacidad de las cubas que había en las bodegas, por si alguno ya no se acuerda y desea hacerlo.

Lo aprendí en la enciclopedia de Grado Superior de “Antonio Fernández Rodríguez”; que compraría por mi cuenta después de finalizar el periodo escolar, para ampliar mis conocimientos.

AFORO DE UN TONEL. Para aforar una pipa o tonel se mide por medio de un listón graduado, la distancia que hay en decímetros, desde el centro de la boca del tonel hasta el punto más distante a la misma –el punto medio inferior de la unión del témpano y las tablas del tonel-.
Se eleva al cubo esa cantidad, y el producto se multiplica por 0,625, resultando del producto de esta operación la expresión en litros de la capacidad del tonel.

NOTA. Si la forma de las pipas se separase mucho de la ordinaria, habría un cálculo de error, por exceso o por defecto. Sería por exceso si la forma se aproximase a la cilíndrica, y por defecto si el diámetro de la boca (diámetro mayor o de la barriga) fuese mayor que el que tienen ordinariamente estos envases.
En ambos casos los errores pueden corregirse fácilmente, rebajando, en el primer caso, el 1% de la capacidad obtenida, y añadiéndola en el segundo.

Es posible que ahora lo hagan por otros métodos más exactos y avanzados, pero entonces y en mi caso me valía.

argapa