Hoy voy a narrar algún detalle más relacionado con la devoción que teníamos en el pueblo a san Antonio.
El día 17 de Enero de cada año, se le hacía un novenario. Los días anteriores por la tarde noche, todos sus devotos acudían a la iglesia para rezar el santo Rosario y pedir que por su intercesión cuidara de nuestros animales.
Aquellos años la pérdida de cualquier animal era un problema enorme, ya que se deterioraba sobremanera la estabilidad económica y de subsistencia de las familias. El que tenía la desgracia de perder algún animal importante, como podía ser una vaca o los cerdos, ya cuando iban a ser sacrificados; ese año ya lo pasaba mal, pues no había dinero para comprar alguno cebado. Si perdía alguna de las reses que servían para cultivar el terreno, le resultaba muy difícil comprar otra para sustituirle. No había ahorros, ya que por lo general toda la producción se consumía en el día a día, y a muchas familias no les llegaba. Era la época de la posguerra.
Bien, pues para compensar los gastos de la novena y misa que se ofrecía al Santo; los días anteriores un señor del pueblo que se llama Francisco Galende y que todos lo conocíamos por “Farruco”, a instancias del Alcalde y del señor cura, recorría todas las casas del pueblo pidiendo una limosna para San Antonio.
Cada cual, le iba dando algún trocito de los cerdos que se habían sacrificado en la matanza en fechas anteriores, como pies, orejas, etc. y con todo eso a la salida de misa se hacía una subasta, que casi siempre se quedaba con ella, alguno de los vecinos que por desgracia habían perdido estos animales en fechas cercanas a la matanza, y ya no podía cebar otros para el sustento anual.
El importe se entregaba al señor cura, como compensación de los gastos de la novena y de la misa.
Quiero aclarar que la festividad de San Antonio Abad, es el 17 de Enero y la de San Antonio de Padua es el 13 de Junio; y a ambos se les invoca indistintamente como protectores de los animales y cosas perdidas.
Creo que lo importante es hacerlo con fe; el día, ni donde, no importa.
El patrón del pueblo es San Vicente, mártir que fue el día 22 de Enero del año 303 en Valencia, durante la última persecución a los cristianos del imperio romano en España, por cuya causa se celebra dicho día su festividad. En el pueblo siempre era día de fiesta.
Este Santo como patrón, siempre se le veía en el hueco central del retablo de la iglesia, donde actualmente hay una santa, que supongo es Santa Lucia, mártir en Siracusa, provincia de Sicilia (Italia) el día 13 de diciembre del año 304, de ahí que se celebre su festividad ese día. A san Vicente ignoro donde lo tienen ahora, ya que en una de mis visitas al templo no lo vi, así como al arcángel San Miguel, que también ocupaba un hueco central del retablo.
Recuerdo como pedíamos a Santa Lucia, nos conservara la vista, al igual que a san Antonio, que nos guardara nuestros animales y la recuperación de las cosas perdidas.
Aunque el patrón del pueblo es San Vicente, siempre se veneró con más ahínco a la virgen del Amor Hermoso; posiblemente debido a que su festividad era el último domingo de Mayo, y el tiempo se prestaba más para celebraciones festivas. En esa fecha se hacía una gran fiesta, considerando a nuestra Madre del Amor Hermoso, como nuestra patrona preferida.
Nuestra señora del Rosario, otra de las vírgenes que se observan en la iglesia, cuya festividad es el primer domingo de Octubre, nunca que yo recuerde, se celebró su festividad con tanto fervor.
Y ya para terminar, puesto que estamos en el solsticio de invierno; unos refranes que recuerdo, nos enseñaron por aquellos años, y que tienen relación con el mismo.
Por Santa Lucía, merma la noche y crece el día. Hasta la Navidad, no dice verdad.
Por Reyes, media hora el día más y por San Blas, - 3 de febrero- hora y media más.
Si lo comparamos, más o menos, no falla……
Arturo G. P.
El día 17 de Enero de cada año, se le hacía un novenario. Los días anteriores por la tarde noche, todos sus devotos acudían a la iglesia para rezar el santo Rosario y pedir que por su intercesión cuidara de nuestros animales.
Aquellos años la pérdida de cualquier animal era un problema enorme, ya que se deterioraba sobremanera la estabilidad económica y de subsistencia de las familias. El que tenía la desgracia de perder algún animal importante, como podía ser una vaca o los cerdos, ya cuando iban a ser sacrificados; ese año ya lo pasaba mal, pues no había dinero para comprar alguno cebado. Si perdía alguna de las reses que servían para cultivar el terreno, le resultaba muy difícil comprar otra para sustituirle. No había ahorros, ya que por lo general toda la producción se consumía en el día a día, y a muchas familias no les llegaba. Era la época de la posguerra.
Bien, pues para compensar los gastos de la novena y misa que se ofrecía al Santo; los días anteriores un señor del pueblo que se llama Francisco Galende y que todos lo conocíamos por “Farruco”, a instancias del Alcalde y del señor cura, recorría todas las casas del pueblo pidiendo una limosna para San Antonio.
Cada cual, le iba dando algún trocito de los cerdos que se habían sacrificado en la matanza en fechas anteriores, como pies, orejas, etc. y con todo eso a la salida de misa se hacía una subasta, que casi siempre se quedaba con ella, alguno de los vecinos que por desgracia habían perdido estos animales en fechas cercanas a la matanza, y ya no podía cebar otros para el sustento anual.
El importe se entregaba al señor cura, como compensación de los gastos de la novena y de la misa.
Quiero aclarar que la festividad de San Antonio Abad, es el 17 de Enero y la de San Antonio de Padua es el 13 de Junio; y a ambos se les invoca indistintamente como protectores de los animales y cosas perdidas.
Creo que lo importante es hacerlo con fe; el día, ni donde, no importa.
El patrón del pueblo es San Vicente, mártir que fue el día 22 de Enero del año 303 en Valencia, durante la última persecución a los cristianos del imperio romano en España, por cuya causa se celebra dicho día su festividad. En el pueblo siempre era día de fiesta.
Este Santo como patrón, siempre se le veía en el hueco central del retablo de la iglesia, donde actualmente hay una santa, que supongo es Santa Lucia, mártir en Siracusa, provincia de Sicilia (Italia) el día 13 de diciembre del año 304, de ahí que se celebre su festividad ese día. A san Vicente ignoro donde lo tienen ahora, ya que en una de mis visitas al templo no lo vi, así como al arcángel San Miguel, que también ocupaba un hueco central del retablo.
Recuerdo como pedíamos a Santa Lucia, nos conservara la vista, al igual que a san Antonio, que nos guardara nuestros animales y la recuperación de las cosas perdidas.
Aunque el patrón del pueblo es San Vicente, siempre se veneró con más ahínco a la virgen del Amor Hermoso; posiblemente debido a que su festividad era el último domingo de Mayo, y el tiempo se prestaba más para celebraciones festivas. En esa fecha se hacía una gran fiesta, considerando a nuestra Madre del Amor Hermoso, como nuestra patrona preferida.
Nuestra señora del Rosario, otra de las vírgenes que se observan en la iglesia, cuya festividad es el primer domingo de Octubre, nunca que yo recuerde, se celebró su festividad con tanto fervor.
Y ya para terminar, puesto que estamos en el solsticio de invierno; unos refranes que recuerdo, nos enseñaron por aquellos años, y que tienen relación con el mismo.
Por Santa Lucía, merma la noche y crece el día. Hasta la Navidad, no dice verdad.
Por Reyes, media hora el día más y por San Blas, - 3 de febrero- hora y media más.
Si lo comparamos, más o menos, no falla……
Arturo G. P.