LAS LAGARADAS
Consistía en exprimir por sorpresa un racimo de uvas en la cara, pelo, etc, de otra persona. Se escogían las uvas tintas para pintar y a veces podía ser una broma muy pesada. En mi infancia apenas se hacía ya, sólo se amagaba con dárselas a los forasteros novatos, como un rito de iniciación, en decadencia. Pero antes... Dijo el poeta: "... Y la carne que tienta con sus frescos racimos... Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver". (Advertencia: lo que viene a continuación ... (ver texto completo)
Consistía en exprimir por sorpresa un racimo de uvas en la cara, pelo, etc, de otra persona. Se escogían las uvas tintas para pintar y a veces podía ser una broma muy pesada. En mi infancia apenas se hacía ya, sólo se amagaba con dárselas a los forasteros novatos, como un rito de iniciación, en decadencia. Pero antes... Dijo el poeta: "... Y la carne que tienta con sus frescos racimos... Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver". (Advertencia: lo que viene a continuación ... (ver texto completo)