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Familia del siglo XIX, QUIRUELAS DE VIDRIALES

Son el Sr. Ignacio Gallego y la Sr. Regina con uno de sus primeros hijos. Es de 18...? su calidad no es buena. Tomada de la exposición de fotografía antigua.
(14 de Agosto de 2010)
Aznar es una persona normal! Como los demás sabemos hizo cosas buenas y malas como todo mortal cometió muchos fallos una persona normal, así se lo recordaremos

Resultados Electorales elecciones Generales 14 de marzo 2000
La soberbia le pudo...
Según sus propias confesiones, el día que obtuvo la mayoría absoluta fue el día más feliz de su vida, pero tanta euforia no puede ser buena... a partir ese día dejó de escuchar y se creyó en posesión de la verdad absoluta.
Frío, enigmático a veces,...
Felicidades por tu escrito, es sencillo y maravilloso mi abuela hacia lo mismo y es un placer reparar en ello. Además coincide con uno de los peores que es el de Sedere y en su afán político solo se acuerda de sus contrarios y no nos recuerda que sus amigos socialistas nos han metido en la mayor ruina que ha estado España muy similar a la en que nos metió Felipe, de la que nos libero su denostado Aznar, de cuyas rentas ha vivido ZP pero se lo ha gastado todo, y no eso lo malo, es que nos ha hipotecado...
€1000io Quiero felicitarte por tu escrito es un placer ver que alguien de mi edad me supongo? le haga tan grandioso escrito a su abuela, me identifico con todo lo que escribes. Otra vez felicidades! eh disfrutado.
ollamas@gmail. com
EL MANDIL DE LA ABUELA

¿Te acuerdas del mandil de la abuela? La principal función del mandil de la abuela era proteger el vestido que llevaba debajo. Pero además, servía de agarradero para retirar la sartén del fuego. Era una maravilla secando las lágrimas de los niños y, en ciertas ocasiones, limpiando sus caritas y narices sucias. El mandil servía para transportar desde el gallinero los huevos, los pollitos que necesitaban terapia intensiva y a veces los huevos golpeados que terminaban en la...
EMIGRANTES EN SUIZA

Más o menos así me llegó a mí, solo que el mozo no era tan maduro. La anécdota no le ocurrió en Suiza, según creo, sino mientras cumplía el servicio militar y fue otro soldado (mal compañero) quien accedió muy gustoso a escribirle la carta, tal como lo cuentas:
- ¿Y qué quieres que ponga?
-Tú, pon, pon. Tú, dile, dile. Pon, pon…
De esta forma su familia recibió una carta que no decía otra cosa más que "dile, dile y pon, pon", llena de "pompones".
En el año 64 emigraron...