Plataformas reivindicativas Teruel-Existe, Soria-Ya ¿y Zamora-Qué? Aislamiento, abandono y desidia de los políticos de turno que sólo se acuerdan cuando hay elecciones. De seguir así va a llegar una situación crítica de no retorno y el cerrado por defunción. La despoblación y envejecimiento son irrefrenables y los emigrantes no son la solución. Preferirán ser albañiles o camareros explotados en la urbe a la apacible y rústica vida de pastor. Acabarán seducidos por los bienes y servicios de la ciudad y por los escaparates de Serrano. Hay que apostar por un desarrollo sostenible y por una agricultura ecológica necesariamente subvencionada, al menos mientras sus productos no se comercialicen a un precio digno, primándose la calidad, garantía o prestigio sobre la cantidad; hay que ir a la marca y a la denominación de origen, al detalle a lo distinto. Tenemos un vasto territorio. No debe valer lo mismo un lechazo o lechón castellano de estepa que un cordero o cochinillo francés de granja. Hay que tener cuidado, antes había atraso, pero no había ríos ni pozos contaminados ni los alimentos con pesticidas y química ni se precisaban depuradoras. Todo era orgánico y cíclico, asimilado por el sistema. Si querías cocer los garbanzos pues ibas al Caño con un puchero. Hoy contaminación y subdesarrollo son posibles a la vez.Si te descuidas en verano hay que comprarla mineral y Benavente -¡tanto río!, tanto valle!- es la villa de los garraferos. Años aquellos de Maricastaña en que bebíamos el agua del río a morro sin temor, como las desaparecidas ranas. Agua que no saciaba, siempre querías más; resbaladiza y fina, tan buena para el afeitado como para lavar la ropa con poco jabón y sin antical. Y fundiéndome en tus aguas... Dulcemente..., viejo Tera querido, recuerdo aquel tiempo tan lindo que se fue.