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QUIRUELAS DE VIDRIALES: Un oficio ya para el recuerdo es el de SEGADOR a mano,...

Un oficio ya para el recuerdo es el de SEGADOR a mano, con hoz o a guadaña.(Salvo el que siega alfalfa, hierbas, etc) He escuchado varias bonitas historias de la siega. Los cereales (trigo, cebada, avena, centeno...)podían segarse a hoz, especialmente si el terreno era muy irregular, para aprovechar más la paja; o a guadaña si era de perfiles suaves. La guadaña había primero que "picarla" con martillo, sobre un yunquecito (yo se lo veía hacer a mi padre en el corral) y después se afilaba con la piedra. SE TRABAJABA DE SOL A SOL, pero si se madrugaba mucho, las mieses con la humedad se volvían flexibles y duras y eran más difíciles de segar. Hacia el mediodía la siega era fácil, pero el calor se hacía insoportable. Un oficio asociado al de segador era el de APAñILA, la que recogía o "apañaba" las mieses sirviéndose de un palo. Iba haciendo manojos y gavillas hasta formar el haz.Los haces se iban apiñando hasta hacer un montón, que era LA MORENA. Había una apañila por cada dos o tres segadores, casi siempre tres para ahorrarse jornaleras. Despuás había que acarrear las mieses, subiéndolas al carro desde la morena. Había que PURRIR BáLAGO, se decía, utilizando la purridera, que se da un aire con un tenedor gigante, tridente, o arma del diablo. Eran frecuentes los "piques" entre segadores que se tenían por buenos: rápidos y certeros, con las mieses segadas en línea recta. Sobre todo cuando uno de ellos era el dueño de la finca y quería marcar un fuerte ritmo para acabar antes y ahorrar. En La Cervilla las fincas eran muy largas y podían darse carreras y desafíos como ahora con el Julián Alonso ese, que nos ponen a todas horas, pero sin cobrar un real. Se ponía a la sombra de una encina la garrafita de vino o la "casera" (botella de gaseosa de bola) o se colgaba la bota de una rama (y el pastor en la picota, empinando la bota) y se llegaba exhausto a repostar. Tras el segar venía del cielo el TRASEGAR, trasladando alegremente el vino de la vasija al vientre. Los segadores decían TENER SECAñO, esto es, sed de vino, y daba entre ellos más vueltas la bota que canguilón de noria.