La magnífica vista de las bodegas y sus ZARCERAS -¿se cubrirían un tiempo con zarzas y de ahí el nombre?- me traen a la memoria otro agujero, el del pajar. Todavía quedarán algunos en el pueblo. Si en la zarcera cabe preguntarse por qué llamarse así, en el otro es tan evidente y de perogrullo que parecería que no se podría llamar de otro modo. Sin embargo me he pasado un buen rato hasta recordarlo: BOCARóN.
La zarcera en la bodega/ y el bocarón del pajar./ A trillar las mieses en la era/ y a pisar las uvas del lagar. Y los chicos, a ENCALCAR la paja del pajar: consistía en prensarla con los pies (a menudo descalzos) para que ocupase menos espacio y poder meter más. Al final te picaba todo el cuerpo, pero era divertido.
La zarcera en la bodega/ y el bocarón del pajar./ A trillar las mieses en la era/ y a pisar las uvas del lagar. Y los chicos, a ENCALCAR la paja del pajar: consistía en prensarla con los pies (a menudo descalzos) para que ocupase menos espacio y poder meter más. Al final te picaba todo el cuerpo, pero era divertido.