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Encina, sardón, chaparro, ...Recuerdo los inviernos fríos de la niñez con el calor del fuego en el hogar -"la hornaz"- y el del brasero. Lo mejor para éste era el cisco ( carbón vegetal) obtenido tras la quema de la leña de encina. Creo que tenía su truco obtenerle el punto en la combustión, pues tenía que calentar en la mesa camilla y no atufar al desprender monóxido de carbono. Las cocinas entonces estaban ventiladas al tener chimenea. "Cuando cubra las montañas de blanca nieve el enero, tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas y quien las viejas patrañas del rey que rabió me cuente...y ríase la gente", qué bonita letrilla de Góngora. Las castañas bercianas o sanabresas se compraban en mi infancia ( año 71 el de la gran nevada) pero he oído a los viejos que en la posguerra se estiló el tueque: dos eminas (medida de áridos) de castañas sanabresas con copete a cambio de una emina de trigo pasando el rasero. Estos sanabreses también compraban vino que acarreaban en odres. A veces abajo en la bodega algún pícaro se lo bautizaba (añadiéndole agua).Ellos lo bautizaban a su vez antes de venderlo. Al llegar a su pueblo decían:" traigo vino de Quiruelas" y echaban un vaso "para ver la color y lo rico que está" y se lo levantaban de las manos. Esto me lo confesó hace ya años un viejo de Muelas de los Caballeros, más allá de la Carballeda, donde empieza la Sanabria.