QUIRUELAS DE VIDRIALES: Una vez Cándido, un campesino del valle, estaba regando...

Una vez Cándido, un campesino del valle, estaba regando un sábado por la tarde. Había quedado para cenar con su habitual cuadrilla en la bodega y se le hizo tarde. Cuando llegó, además de a sus habituales compañeros, se encontró con el ilustre huesped que tanto los honraba con sus visitas (O sea G: \"Me dijistéis sin aquella, la primera vez que vine...)que se les había pegado. Cándido, siempre muy servicial, les ayuda a recoger y G se dirige a él y le habla como veréis.

ROMANCE DE CáNDIDO Y G

Vamos y no te demores,
Ánimo que el tiempo apremia,
Un poco te has descuidado.
Camina, no te detengas,
Deja el riego, deja el campo,
Deja todo, ¡corre, vuela!
No olvides que hoy bien se come
Y acércate a la bodega.
Ya el muy voraz ha engullido
A su puerta las chuletas.
Apaga el fuego, recoge
Banquillos y servilletas,
Los cubiertos y los platos:
-\"¡Cándido, a tiempo llegas!
Toma el porrón y echa un trago,
Cacho pan hay en la mesa,
Arrebaña, no te cortes,
Moje sobra en la tartera.
Dame un cigarro y nos vamos,
(de gorra ha sido la cena)
¡Hay que ver, qué bien se está!
¡Esta bodega es bien fresca!
¡Qué rico el clarete es!
¡Amigo, tiene solera!
Podemos dar un paseo,
La noche está muy serena,
O si preferís, el bar,
Dormiré mañana siesta.\".