QUIRUELAS DE VIDRIALES: SANTO REMEDIO Antaño en el pueblo, en el invierno...

SANTO REMEDIO

Antaño en el pueblo, en el invierno hacia frío, mucho frío. No había calefacción ni estufas. Sólo existía el brasero o la lumbre. Como hacía tanto frío, a los niños nos salían unos sabañones en los dedos de los pies que picaban ¡hay de mí! un montón. Para curarlos, solo había un remedio casero, el ajo; que entre otras muchas propiedades además de hacer ricas sopas, tenía la virtud de curar los sabañones. Así que nuestros padres ponían manos a la obra. Metían varios ajos entre las ascuas del brasero hasta que estaban bien tostados. Entonces, nos quitaban los chanclos que tenían el suelo de madera y los calcetines tejidos a mano con auténtica lana de oveja igual que las mantas zamoranas y nos sujetaban los pies con fuerza. Sobre los dedos afectados restregaban el ajo muy caliente hasta que se deshacía. A los niños se nos caían unas lágrimas como puños por que quemaba mucho y no podíamos librarnos de la quemazón. “Santo remedio”. A partir de ese momento, los sabañones ya no picaba más, estaban curado. No sé si el ajo curaba por sus excelentes propiedades o por qué quemaba el sabañón de raíz. Y así cada invierno. Son recuerdos de pequeño que dejan huella. Ahora ya no hay ni sabañones... Afortunadamente. Emilio (€1000io).
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