QUIRUELAS DE VIDRIALES: Para que nadie se llame a engaño ni coja el rábano...

Para que nadie se llame a engaño ni coja el rábano por las hojas, una aclaración: he escogido a Torrente, de todos conocido, para ridiculizarlo. Por representar lo grotesco: al zafio, egoísta, machista, fascista, fanático, racista, etc. Más que atacar al racista, sólo he pretendido con el cuento alertar contra el racista que duerme latente en cada uno de nosotros. En qué medida lo haya conseguido es otra cosa. Los demagogos populistas siempre acechan para despertar ruines instintos y pescar votos. Con la crisis y el paro, se tiende a culpar a los inmigrantes de los males, al igual que se culpaba de la peste negra a los judíos en la edad media.