QUIRUELAS DE VIDRIALES: RECUERDOS DE LA INFANCIA...

RECUERDOS DE LA INFANCIA

¿Cómo hiciste antaño para sobrevivir cuando eras niño allá en el pueblo? De niños montábamos en coches que no tenían cinturones de seguridad, ni airbarg, ni aire acondicionado. Ir en la parte de atrás en un camión, era un paseo especial. Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores de pintura a base de plomo. No había tapones de seguridad contra niños en las botellas y otros envases, ni puertas cerradas con llave. Cuando montábamos en bicicleta no usábamos casco, rodilleras o coderas. Y era más emocionante cuando convertíamos la bici en moto con un simple vaso desechable colocándolo en la llanta trasera. Bebíamos agua de cualquier pozo, del río, del caño, de cualquier arroyo o regato, o donde la encontráramos. Si nos quitaba la sed era buena. No necesitábamos beber agua embotellada. Pasábamos horas y horas construyendo carritos con cajas y tubos, y los que tenían la fortuna de tener un amigo con bici, se las ingeniaban para remolcarse y en la esquina se acordaban que no tenían frenos. Después de varios choques aprendíamos a resolver el problema. Sí, nosotros chocábamos con arbustos, o caíamos al suelo, pero no chocábamos con coches. Salíamos a jugar a la calle con la única condición de regresar antes del anochecer. No teníamos teléfono móvil. Así que nadie podía localizarnos. Nos cortábamos, nos mancábamos, o perdíamos un diente, pero sin embargo nunca hubo una demanda por este accidente. Nadie tenía la culpa más que nosotros mismos. Comíamos bollos, magdalenas, pan y mantecados, tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso porque siempre estábamos jugando y corriendo. Compartíamos una coca cola o una gaseosa entre cuatro (cuando se podía comprar) bebiendo todos a morro de la misma botella y nadie se moría por eso. No teníamos Play Stations, MP3, Nintendo, juegos de vídeo, 99 canales de TV, vídeo grabadoras, cine, sonido surround, internet, etc. Sino que... teníamos buenos amigos. Salíamos, nos subíamos en la bici, o caminábamos hasta la casa del amigo, entrábamos sin llamar al timbre y después a jugar a la calle sin guardianes alquilados por papá. Algunos niños no eran tan buenos estudiantes como otros y cuando perdían un año, simplemente repetían. Nadie iba al psicólogo, al psicopedagogo, nadie tenía dislexia, simplemente repetía y tenía una segunda oportunidad. Teníamos libertad, éxitos, fracasos, responsabilidades... Y aprendíamos a manejarlos. Reflexiona un momento y quizás te olvides por un rato de tu agitada vida actual y vuelvas por un segundo a ser como éramos antes. Algunos, seguro que dirán: pero... ¿qué es esto?, sí, pero... si te suena, es porque guardas buenos recuerdos de tu infancia en el pueblo. €1000io