¿UNA UTOPÍA?
Con motivo de una visita al pueblo, aproveché la ocasión para viajar por los Valles de Vidriales y del Tera. No han cambiado mucho. Su situación sigue igual; aletargados y silenciosos. Sólo de vez en cuando se veían algunas personas mayores, paseando o sentadas tomando el sol o el fresco dejando pasar el tiempo monótona y cansinamente. En el bar, los de siempre echando la partida después de comer. Como excepción, los fines de semana la gente frecuenta más el bar sobre todo las mujeres que organizan interminables partidas de cartas que se prolongan hasta bien entrada la noche y que les sirve como única distracción, mientras que los hombres toman el fresco y charlan amigablemente en la puerta del bar después de la partida. La típica estampa de siempre. Únicamente los tractores rompen de vez en cuando esa monotonía y silencio realizando las tareas del campo que siguen siendo las mismas dependiendo de la época del año. Pensar que algún día la situación va a cambiar, es casi una “utopía”. Ojalá como mínimo se siga manteniendo la actividad actual y demográfica. Todo lo que no sea crear polígonos industriales para que se instalen empresas que ofrezcan trabajo y sirva como alternativa al campo, será inútil pensar que la zona algún día se va a relanzar económica y laboralmente. No es necesario que las industrias se instalen en cada pueblo, basta con que lo hagan en la Villa de Benavente, Cabeza de Partido, centro neurálgico y comercial de la zona, bien situada y comunicada, donde hay mucho suelo disponible. Es labor de los ayuntamientos con la colaboración de la Junta de Castilla y León, recalificar los terrenos y crear nuevas zonas industriales para después ofrecérselas a los promotores para que construyan naves. Luego, poco a poco irán llegando las industrias. Después, los transportes se encargarán de llevar y traer a los trabajadores y mercancías como se hace en muchos otros lugares. Viajando por otras provincias similares a la nuestra, he podido comprobar cómo prosperan y se crean nuevas zonas industriales en lugares que nunca hubieras imaginado. ¿Y por qué no puede ocurrir lo mismo en nuestros Valles? No es una “utopía”. Es cuestión de que los Poderes Públicos se impliquen más, tomen la iniciativa y planifiquen el bienestar y futuro de las gentes y de sus pueblos. Que se planteen la posibilidad de crear industrias que ofrezcan trabajo y así no se fomentará la despoblación. De esta manera sí que se hará realidad la expansión industrial y económica en la zona. La vida en los pueblos es mucho más económica que en las grandes ciudades y ofrece muchas posibilidades. Ojalá mis comentarios lleguen a oídos de alguien con poder de decisión y deje de ser una “utopía”. Pero ¡ojo!, porque, cuando uno pasa de la tranquilidad y sosiego de los pueblos y del campo, al endiablado ajetreo de las zonas industrializadas, se plantea la duda si verdaderamente merece la pena seguir el ritmo de vida que llevamos la mayoría de los mortales. Pero no nos queda otra alternativa y remedio que seguir sufriendo las consecuencias y ventajas de la prosperidad y el progreso. Aunque mucho me temo, que con la que está cayendo, habrá que dejar la propuesta para otras fechas más favorables. €1000io
Con motivo de una visita al pueblo, aproveché la ocasión para viajar por los Valles de Vidriales y del Tera. No han cambiado mucho. Su situación sigue igual; aletargados y silenciosos. Sólo de vez en cuando se veían algunas personas mayores, paseando o sentadas tomando el sol o el fresco dejando pasar el tiempo monótona y cansinamente. En el bar, los de siempre echando la partida después de comer. Como excepción, los fines de semana la gente frecuenta más el bar sobre todo las mujeres que organizan interminables partidas de cartas que se prolongan hasta bien entrada la noche y que les sirve como única distracción, mientras que los hombres toman el fresco y charlan amigablemente en la puerta del bar después de la partida. La típica estampa de siempre. Únicamente los tractores rompen de vez en cuando esa monotonía y silencio realizando las tareas del campo que siguen siendo las mismas dependiendo de la época del año. Pensar que algún día la situación va a cambiar, es casi una “utopía”. Ojalá como mínimo se siga manteniendo la actividad actual y demográfica. Todo lo que no sea crear polígonos industriales para que se instalen empresas que ofrezcan trabajo y sirva como alternativa al campo, será inútil pensar que la zona algún día se va a relanzar económica y laboralmente. No es necesario que las industrias se instalen en cada pueblo, basta con que lo hagan en la Villa de Benavente, Cabeza de Partido, centro neurálgico y comercial de la zona, bien situada y comunicada, donde hay mucho suelo disponible. Es labor de los ayuntamientos con la colaboración de la Junta de Castilla y León, recalificar los terrenos y crear nuevas zonas industriales para después ofrecérselas a los promotores para que construyan naves. Luego, poco a poco irán llegando las industrias. Después, los transportes se encargarán de llevar y traer a los trabajadores y mercancías como se hace en muchos otros lugares. Viajando por otras provincias similares a la nuestra, he podido comprobar cómo prosperan y se crean nuevas zonas industriales en lugares que nunca hubieras imaginado. ¿Y por qué no puede ocurrir lo mismo en nuestros Valles? No es una “utopía”. Es cuestión de que los Poderes Públicos se impliquen más, tomen la iniciativa y planifiquen el bienestar y futuro de las gentes y de sus pueblos. Que se planteen la posibilidad de crear industrias que ofrezcan trabajo y así no se fomentará la despoblación. De esta manera sí que se hará realidad la expansión industrial y económica en la zona. La vida en los pueblos es mucho más económica que en las grandes ciudades y ofrece muchas posibilidades. Ojalá mis comentarios lleguen a oídos de alguien con poder de decisión y deje de ser una “utopía”. Pero ¡ojo!, porque, cuando uno pasa de la tranquilidad y sosiego de los pueblos y del campo, al endiablado ajetreo de las zonas industrializadas, se plantea la duda si verdaderamente merece la pena seguir el ritmo de vida que llevamos la mayoría de los mortales. Pero no nos queda otra alternativa y remedio que seguir sufriendo las consecuencias y ventajas de la prosperidad y el progreso. Aunque mucho me temo, que con la que está cayendo, habrá que dejar la propuesta para otras fechas más favorables. €1000io