... A PROPÓSITO DE LOS VALLES
Quiero hace una reflexión sobre los pueblos de Los Valles de Benavente. Sólo hay que echar un vistazo por nuestros pueblos para comprobar su evolución, ver cómo viven sus gentes, el entorno, las viviendas, las calles, los campos, los servicios, el estado de bienestar, el futuro..., etc. Han quedado anclados en el tiempo. Están totalmente desamparados por las Administraciones. No se invierte en Los Valles. La población está envejeciendo y no se regenera e incrementa con la natalidad, por lo que inexorablemente los pueblos van a desaparecer a lo largo de los años. El futuro para los jóvenes es incierto y poco esperanzador. Las alternativas laborales son escasas. Trabajar en la agricultura, ganadería, comercios y servicios son casi las únicas posibilidades. Y la agricultura y ganadería, ya sabemos como están. Existe otra salida más drástica; la emigración a otras zonas, como tuvimos que hacer muchos de los jóvenes de mi generación buscando otras oportunidades que no fuera acabar de destripa terrones. Los que se fueron al extranjero, casi todos regresaron al pueblo con un buen capital gracias a su esfuerzo y trabajo, incrementado por el cambio de moneda. Los que lo hicimos a otras provincial españolas, la mayoría, acabamos por afincarnos donde trabajamos y residimos. Y nuestros mayores: ¿cómo viven? Como se conforman con poco y no se quejan, ¡ya están bien! No les falta de nada. Todos cobran su pensión y poseen sus pequeños huertos y vacillares donde arañan para seguir viviendo. “ ¡Hay que ver qué conformista es el carácter zamorano!”. Como se han criado con poco, con poco se conforman. Los Valles se están despoblando, y poco a poco los pueblos van a menos. Los que tuvimos que abandonar nuestro pueblo para buscar otras oportunidades, no podemos olvidarnos de nuestra gente y raíces. Tenemos que ser generosos y luchar por nuestro Valle. Nos duele mucho todo lo que hacen, o mejor dicho, todo lo que no hacen los responsables políticos para evitar que los pueblos vivan en el olvido y acaben desapareciendo. Debemos levantar la voz para que alguien nos escuche y ponga remedio. Con el riesgo de ser incauto, una noche soñé que una empresa multinacional muy importante se iba a instalar en El Valle de Vidriales y daba trabajo a todos los jóvenes de la Comarca. Y como la empresa necesitaba mucha mano de obra y operarios cualificados, contrataba a otras personas de pueblos más lejanos y de otras provincias. Para evitar el desplazamiento de estos últimos, alquilaban y compraban las casas deshabitadas que hay en los pueblos. En poco tiempo aumentó considerablemente la población y el poder adquisitivo de la gente. Por fin, tenían un trabajo estable y un sueldo fijo distinto al de la agricultura y ganadería. La fisonomía de los pueblos había cambiado en positivo. Había muchas familias jóvenes con hijos y nuevos centros escolares. Las calles se llenaban de nuevo de niños jugando como antiguamente. No quiero despertarme de este sueño para no sentirme defraudado. Aunque como dice el dicho popular: los sueños..., sueños son. Pero también dice otro dicho que, a veces, los sueños, se hacen realidad. ¡Ojalá! €1000io
Quiero hace una reflexión sobre los pueblos de Los Valles de Benavente. Sólo hay que echar un vistazo por nuestros pueblos para comprobar su evolución, ver cómo viven sus gentes, el entorno, las viviendas, las calles, los campos, los servicios, el estado de bienestar, el futuro..., etc. Han quedado anclados en el tiempo. Están totalmente desamparados por las Administraciones. No se invierte en Los Valles. La población está envejeciendo y no se regenera e incrementa con la natalidad, por lo que inexorablemente los pueblos van a desaparecer a lo largo de los años. El futuro para los jóvenes es incierto y poco esperanzador. Las alternativas laborales son escasas. Trabajar en la agricultura, ganadería, comercios y servicios son casi las únicas posibilidades. Y la agricultura y ganadería, ya sabemos como están. Existe otra salida más drástica; la emigración a otras zonas, como tuvimos que hacer muchos de los jóvenes de mi generación buscando otras oportunidades que no fuera acabar de destripa terrones. Los que se fueron al extranjero, casi todos regresaron al pueblo con un buen capital gracias a su esfuerzo y trabajo, incrementado por el cambio de moneda. Los que lo hicimos a otras provincial españolas, la mayoría, acabamos por afincarnos donde trabajamos y residimos. Y nuestros mayores: ¿cómo viven? Como se conforman con poco y no se quejan, ¡ya están bien! No les falta de nada. Todos cobran su pensión y poseen sus pequeños huertos y vacillares donde arañan para seguir viviendo. “ ¡Hay que ver qué conformista es el carácter zamorano!”. Como se han criado con poco, con poco se conforman. Los Valles se están despoblando, y poco a poco los pueblos van a menos. Los que tuvimos que abandonar nuestro pueblo para buscar otras oportunidades, no podemos olvidarnos de nuestra gente y raíces. Tenemos que ser generosos y luchar por nuestro Valle. Nos duele mucho todo lo que hacen, o mejor dicho, todo lo que no hacen los responsables políticos para evitar que los pueblos vivan en el olvido y acaben desapareciendo. Debemos levantar la voz para que alguien nos escuche y ponga remedio. Con el riesgo de ser incauto, una noche soñé que una empresa multinacional muy importante se iba a instalar en El Valle de Vidriales y daba trabajo a todos los jóvenes de la Comarca. Y como la empresa necesitaba mucha mano de obra y operarios cualificados, contrataba a otras personas de pueblos más lejanos y de otras provincias. Para evitar el desplazamiento de estos últimos, alquilaban y compraban las casas deshabitadas que hay en los pueblos. En poco tiempo aumentó considerablemente la población y el poder adquisitivo de la gente. Por fin, tenían un trabajo estable y un sueldo fijo distinto al de la agricultura y ganadería. La fisonomía de los pueblos había cambiado en positivo. Había muchas familias jóvenes con hijos y nuevos centros escolares. Las calles se llenaban de nuevo de niños jugando como antiguamente. No quiero despertarme de este sueño para no sentirme defraudado. Aunque como dice el dicho popular: los sueños..., sueños son. Pero también dice otro dicho que, a veces, los sueños, se hacen realidad. ¡Ojalá! €1000io