LA VACADA
Vacada: conjunto o manada de ganado vacuno. Sobre las 5 de la tarde tocaban las campanas para la vacada. Después de comer, nuestros padres se echaban la siesta. Los niños quedábamos jugando en el corral y otras veces nos escapábamos para hacer travesuras abriendo las puertas del corral a pesar de estar trancadas con llave. Como no teníamos reloj, para saber la hora de la vacada y evitar que nos pillaran nuestros padres fuera de la casa, marcábamos una señal en el suelo donde se proyectaba la sombra de las casas y el sol. Así antes de que llegara la sombra a la raya, los niños salíamos corriendo para casa. Cuando tocaban las campanas, se iban abriendo las puertas de los corrales para que salieran a la calle, vacas, jatos, yeguas, mulas y burras. Todos los animales como en una ceremonia organizada fluían por cada calle y se iban juntando rumbo al “prao” donde pasarían la tarde pastando. Los vaqueros encargados de la vacada la iban arreando para evitar que ningún animal se quedara rezagado. Cuando un animal era muy travieso, para que no se escapara corriendo, le colocaban una tranca de madera colgada del cuello. De esta manera no podía correr por que se golpeaba las manos. Era un gozo ver en aquellos años la cantidad de animales que se juntaban a la hora de la vacada. En casa, sólo quedaban los animales que luego tenían que ir a trabajar al campo y los machos en edad de procrear para evitar embarazos no deseados. Al atardecer regresaba la vacada al pueblo y cada animal llegaba a su respectiva casa sin necesidad de guiarlos. Si nadie le abría la puerta permanecían en ella esperando. Rara era la vez que un animal se despistaba, y cuando lo hacía era por que había simpatizado con otro, o por que se escapaban a Los Quiñones o La Vagada. Como las calles del pueblo eran de tierra, al paso de la vacada se formaba una gran polvareda como cuando pasaba un rebaño de ovejas. Muchos vecinos esperaban expectantes en la plaza la llegada de la vacada para verla pasar y hacían comentarios sobre el aspecto de los animales. Es que en aquellos años los animales eran un bien muy preciado. Qué lástima que no haya imágenes gráficas de aquella vacada que ha quedado para el recuerdo. €1000io
Vacada: conjunto o manada de ganado vacuno. Sobre las 5 de la tarde tocaban las campanas para la vacada. Después de comer, nuestros padres se echaban la siesta. Los niños quedábamos jugando en el corral y otras veces nos escapábamos para hacer travesuras abriendo las puertas del corral a pesar de estar trancadas con llave. Como no teníamos reloj, para saber la hora de la vacada y evitar que nos pillaran nuestros padres fuera de la casa, marcábamos una señal en el suelo donde se proyectaba la sombra de las casas y el sol. Así antes de que llegara la sombra a la raya, los niños salíamos corriendo para casa. Cuando tocaban las campanas, se iban abriendo las puertas de los corrales para que salieran a la calle, vacas, jatos, yeguas, mulas y burras. Todos los animales como en una ceremonia organizada fluían por cada calle y se iban juntando rumbo al “prao” donde pasarían la tarde pastando. Los vaqueros encargados de la vacada la iban arreando para evitar que ningún animal se quedara rezagado. Cuando un animal era muy travieso, para que no se escapara corriendo, le colocaban una tranca de madera colgada del cuello. De esta manera no podía correr por que se golpeaba las manos. Era un gozo ver en aquellos años la cantidad de animales que se juntaban a la hora de la vacada. En casa, sólo quedaban los animales que luego tenían que ir a trabajar al campo y los machos en edad de procrear para evitar embarazos no deseados. Al atardecer regresaba la vacada al pueblo y cada animal llegaba a su respectiva casa sin necesidad de guiarlos. Si nadie le abría la puerta permanecían en ella esperando. Rara era la vez que un animal se despistaba, y cuando lo hacía era por que había simpatizado con otro, o por que se escapaban a Los Quiñones o La Vagada. Como las calles del pueblo eran de tierra, al paso de la vacada se formaba una gran polvareda como cuando pasaba un rebaño de ovejas. Muchos vecinos esperaban expectantes en la plaza la llegada de la vacada para verla pasar y hacían comentarios sobre el aspecto de los animales. Es que en aquellos años los animales eran un bien muy preciado. Qué lástima que no haya imágenes gráficas de aquella vacada que ha quedado para el recuerdo. €1000io