ACTUALIDAD DEPORTIVA (Futbolera, alta cultura según se verá)
De aquel Luis Suárez, futbolista famoso en los 60 y Balón de Oro, topamos ahora con un tal Luisito Suárez, de la Real Academia de la Historia, supernumerario del Opus Dei y de no sé qué Fundación Franciscana (de Paquito ¡Paco, Paco, Paco!...), Santa Hermandad del Valle de los Caídos por Dios y por ¡España!, etc., etc. A este Luisito, tocayo del primero, otros académicos de la RAH –y de la Caverna y de la Caspa- le encargaron para el Diccionario Biográfico las entradas, mejor hagiografías, de San Escrivá de Balaguer y Albás y de San Francisco de Franco y Bahamonde. (De 36 académicos, 3 son mujeres, el resto 30 casposos). Es Luisito -aparte de goleador Pichichi, según se ha visto-, reputado medievalista que consiguió demostrar hace la friolera de medio siglo, siguiendo el árbol genealógico miembro por miembro y rama por rama sin perderse, que el Cid, Ruy Díaz de Vivar Campeador, fue hijo de Diego Laínez, nieto de Laín Calvo… Y así hasta llegar a Don Pelayo. (Lo mismo que nuestro Señor Jesucristo es, sin que quepa duda alguna, del linaje del rey David, tribu de Judá. Ignoro si partiendo del padre putativo San José Carpintero, o del biológico, el Espíritu Santo, hasta llegar al Verbo, que ya era en el principio, según el evangelio de San Juan. En el principio y al final, atemporal y eterno, Alfa y Omega).
Regreso al Nacionalcatolicismo y con él a la Enciclopedia Álvarez de la infancia. En mi época ya había otros libros de texto, pero una vez que te soltabas con la lectura en las Cartillas pasabas al Catecismo con D. Pedro (había que memorizarlo de pe a pa). Una vez al comienzo de curso, con 7 u 8 años, no recuerdo si por no haber llegado el libro de texto, me advirtió D. Zacarías que al día siguiente me iba a preguntar la lección de las primeras páginas de la Enciclopedia de primer o segundo grado. Me asusté, claro, (acongojamiento, nudo en la garganta, por algo sería), en casa y me explicaron que eso consistía ni más ni menos que en aprendérselo de memoria, así que yo ni corto ni perezoso, dale que te pego toda la tarde: “los ángeles son espíritus puros creados por Dios” y “el reloj lo hizo el relojero, el mundo lo hizo…, no hay reloj sin relojero ni mundo sin Creador”. Al día siguiente me llamó el maestro a su mesa a darle la lección, y yo le respondí tembloroso y de memoria sin mirar el libro. Al principio frunció el ceño (se ve que lo que quería es que simplemente leyera), pero acabó echándose a reír hasta que me mandó sentar. Esa vez me libré de la temida vara.
Vuelve con Luisito la democracia verdadera franquista, que no dictadura, sino Democracia Orgánica. El dedo del inútil Zapatero no, del Rubalcaba todopoderoso tampoco, esto es la Providencia divina, dedo de Dios que cuida del rebaño español, y en especial de aquellas ovejas descarriadas, Buen Pastor. (En Valencia quizá, con El Curita Camps y Cotino y su crucifijo en el Parlamento. Debieron ser tres crucifijos con tantos imputados, Cristo entre los ladrones. En Asturias también quizá con el regreso triunfal de Cascos a lomos de caballo blanco como el del apóstol Santiago. ¿Dónde estuvo Cascos aquel 23-F? ¿Qué hacía usted entonces?, le preguntó el general Sáenz de Santamaría, de la Benemérita, cuando el primero lo insultase por el caso GAL). Alternancia sólo cuando convenga, aquí en Castilla y León jamás. Lucas influyó en Fraga y Fraga puso a Aznar. Aznar colocó a Posada y luego nombró sucesor a Lucas. Lucas puso a Herrera. Herrera puso a.... Así por los siglos de los siglos, amén, esto son las primarias y la democracia. (Justo lo que reivindican ahora los jóvenes del 15 M). Zapatero pone a Rubalcaba y Zapatero, antes, se lo curró. A Aznar lo puso Fraga y Aznar puso a Rajoy. A Fraga lo puso Franco y a Franco lo nombró… Adivina, adivinanza, ¿quién puso el huevo en la panza? El que lo comió. ¡Franco, Franco, Franco…! Dictador no, criminal tampoco, solo autoritario. Caudillo de España por la gracia de Dios. Causa primera, y no causada por otra. Pero sin Franco no habríamos tenido democracia, es causa segunda. Lo dejó todo atado y muy bien atado el Caudillo antes de rendir su vida ante el Altísimo. Vivió bajo palio y murió como buen católico cristiano. Amén.
De aquel Luis Suárez, futbolista famoso en los 60 y Balón de Oro, topamos ahora con un tal Luisito Suárez, de la Real Academia de la Historia, supernumerario del Opus Dei y de no sé qué Fundación Franciscana (de Paquito ¡Paco, Paco, Paco!...), Santa Hermandad del Valle de los Caídos por Dios y por ¡España!, etc., etc. A este Luisito, tocayo del primero, otros académicos de la RAH –y de la Caverna y de la Caspa- le encargaron para el Diccionario Biográfico las entradas, mejor hagiografías, de San Escrivá de Balaguer y Albás y de San Francisco de Franco y Bahamonde. (De 36 académicos, 3 son mujeres, el resto 30 casposos). Es Luisito -aparte de goleador Pichichi, según se ha visto-, reputado medievalista que consiguió demostrar hace la friolera de medio siglo, siguiendo el árbol genealógico miembro por miembro y rama por rama sin perderse, que el Cid, Ruy Díaz de Vivar Campeador, fue hijo de Diego Laínez, nieto de Laín Calvo… Y así hasta llegar a Don Pelayo. (Lo mismo que nuestro Señor Jesucristo es, sin que quepa duda alguna, del linaje del rey David, tribu de Judá. Ignoro si partiendo del padre putativo San José Carpintero, o del biológico, el Espíritu Santo, hasta llegar al Verbo, que ya era en el principio, según el evangelio de San Juan. En el principio y al final, atemporal y eterno, Alfa y Omega).
Regreso al Nacionalcatolicismo y con él a la Enciclopedia Álvarez de la infancia. En mi época ya había otros libros de texto, pero una vez que te soltabas con la lectura en las Cartillas pasabas al Catecismo con D. Pedro (había que memorizarlo de pe a pa). Una vez al comienzo de curso, con 7 u 8 años, no recuerdo si por no haber llegado el libro de texto, me advirtió D. Zacarías que al día siguiente me iba a preguntar la lección de las primeras páginas de la Enciclopedia de primer o segundo grado. Me asusté, claro, (acongojamiento, nudo en la garganta, por algo sería), en casa y me explicaron que eso consistía ni más ni menos que en aprendérselo de memoria, así que yo ni corto ni perezoso, dale que te pego toda la tarde: “los ángeles son espíritus puros creados por Dios” y “el reloj lo hizo el relojero, el mundo lo hizo…, no hay reloj sin relojero ni mundo sin Creador”. Al día siguiente me llamó el maestro a su mesa a darle la lección, y yo le respondí tembloroso y de memoria sin mirar el libro. Al principio frunció el ceño (se ve que lo que quería es que simplemente leyera), pero acabó echándose a reír hasta que me mandó sentar. Esa vez me libré de la temida vara.
Vuelve con Luisito la democracia verdadera franquista, que no dictadura, sino Democracia Orgánica. El dedo del inútil Zapatero no, del Rubalcaba todopoderoso tampoco, esto es la Providencia divina, dedo de Dios que cuida del rebaño español, y en especial de aquellas ovejas descarriadas, Buen Pastor. (En Valencia quizá, con El Curita Camps y Cotino y su crucifijo en el Parlamento. Debieron ser tres crucifijos con tantos imputados, Cristo entre los ladrones. En Asturias también quizá con el regreso triunfal de Cascos a lomos de caballo blanco como el del apóstol Santiago. ¿Dónde estuvo Cascos aquel 23-F? ¿Qué hacía usted entonces?, le preguntó el general Sáenz de Santamaría, de la Benemérita, cuando el primero lo insultase por el caso GAL). Alternancia sólo cuando convenga, aquí en Castilla y León jamás. Lucas influyó en Fraga y Fraga puso a Aznar. Aznar colocó a Posada y luego nombró sucesor a Lucas. Lucas puso a Herrera. Herrera puso a.... Así por los siglos de los siglos, amén, esto son las primarias y la democracia. (Justo lo que reivindican ahora los jóvenes del 15 M). Zapatero pone a Rubalcaba y Zapatero, antes, se lo curró. A Aznar lo puso Fraga y Aznar puso a Rajoy. A Fraga lo puso Franco y a Franco lo nombró… Adivina, adivinanza, ¿quién puso el huevo en la panza? El que lo comió. ¡Franco, Franco, Franco…! Dictador no, criminal tampoco, solo autoritario. Caudillo de España por la gracia de Dios. Causa primera, y no causada por otra. Pero sin Franco no habríamos tenido democracia, es causa segunda. Lo dejó todo atado y muy bien atado el Caudillo antes de rendir su vida ante el Altísimo. Vivió bajo palio y murió como buen católico cristiano. Amén.